El presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, visitó hoy junto a la consejera de Bienestar Social, Igualdad, Juventud, Infancia y Familias del Gobierno de Canarias, Candelaria Delgado, las obras del nuevo centro de la Asociación Mi hijo y yo. Psicólogos en el Hogar con Familias con TGD (Trastornos Generalizados del Desarrollo), que se está construyendo en el Parque de la Mayordomía de Tamaraceite, en el capital de la Isla, que cuentan con un presupuesto de 1.554.005 euros, de los que el Gobierno insular aporta 800.000 euros.

Cabe reseñar que, junto al Cabildo de Gran Canaria, este centro para el desarrollo de la actividad terapéutica que lleva a cabo la entidad cuenta con la participación del Gobierno de Canarias y del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.

Durante la visita, Antonio Morales puso en valor la amplia trayectoria de esta asociación en el campo de la solidaridad en la atención a personas con autismo y con otras patologías. Una entidad con la que, como destacó, la Corporación insular mantiene una estrecha colaboración desde hace muchos años. “Por eso, cuando se planteó la posibilidad de contribuir a la financiación de su nuevo centro, cuyo proyecto supera el millón y medio de euros, en el Cabildo no lo dudamos y ya hemos aportado 800.000 euros, y seguiremos colaborando”, aseveró.

“Se necesitan espacios de estas características, para atender a las personas que presentan estas singularidades y a sus familias”, sostuvo el presidente Morales. “Como siempre, el Cabildo entiende que las instituciones deben estar al lado de las organizaciones y de las necesidades que tiene la sociedad grancanaria y de ello se deriva la importante inversión que hemos destinado a la construcción de este centro”, concluyó.

A su vez, Candelaria Delgado coincidió con el presidente insular en considerar esencial el apoyo de las instituciones a este tipo de iniciativas. “Es importante que las administraciones, tanto las locales como el Gobierno de Canarias, estemos donde debemos estar, que es apoyando a las asociaciones, a las personas, a los voluntarios y a todo ese entramado que nos permite llegar hasta donde, muchas veces, no podemos llegar, porque no podemos hacer frente a todo de golpe”, manifestó.

La consejera regional expuso que el papel del Gobierno de Canarias en este proyecto se basa en la tramitación de varias subvenciones que ya se han concedido y que se concederán en un futuro a la asociación Mi hijo y yo, en aras de terminar el centro, “para poder desarrollar la labor tan grande que se tiene que hacer aquí y, sobre todo, junto al Cabildo de Gran Canaria, para seguir potenciando la creación de este tipo de centros y la ayuda a estas personas que tanto la necesitan”, finalizó.

Una casa-hogar de innovación social

Davinia González Pineda, presidenta de la Asociación Mi hijo y yo, recalcó que la nueva casa-hogar de la entidad es un centro de innovación social. “Es la primera vez que se hace una casa-hogar dentro de un parque público, como es el Parque de la Mayordomía, y para nosotros no solamente es un paso más del trabajo desarrollamos en Canarias, en Europa y en cooperación internacional, sino que es un centro comunitario, un centro que va a ser también el de todo el distrito de Tamaraceite, puesto que tenemos planteadas actividades con el resto de entidades amigas y cercanas, por lo que es un paso más para las familias y siempre con el apoyo institucional”, aseguró.

Puso de relieve que la nueva casa-hogar se diseñó con la interacción de las y los niños y de sus familias, mediante un estudio previo participativo, “con lo que posee esa magia de que han sido los propios niños y niñas los que han diseñado dónde quieren estar y cómo quieren estar”.

Especificó, igualmente, que el trabajo de la asociación se basa en un modelo americano, centrado en la familia, con el que se actúa en el centro y en los espacios naturales que lo rodean en el Parque de La Mayordomía, así como en los propios hogares. “Eso no solo nos da la posibilidad de ampliar el número de plazas, sino que es un modelo interactivo, en el que los niños se capacitan para el empleo, porque trabajamos con edades de 0 a 6 años, en Atención Temprana, y de 6 a 27, ya en tránsito a la vida a la vida adulta”, destacó.

Detalló que, en estos momentos, la entidad atiende en sus instalaciones a 50 familias con estas patologías y que, a lo largo de sus diez años de actividad, ya han sido 470, y explicó que la idea es mantener esas 50 plazas e incluso ampliarlas hasta las 75 en este nuevo centro, que les gustaría que estuviera acabado en 2024. “No nos ha importado el proceso y creemos que, hasta el momento, hemos conseguido lo que nos hemos propuesto, porque nos detenemos mucho en el detalle, en cómo se hace, y nos gustaría estar aquí inaugurando la casa-hogar de Mi hijo y yo en la próxima Navidad, para lo que necesitamos todo el apoyo institucional”, resaltó.

Acabó describiendo la nueva casa-hogar como un centro en el que se aprovecha todo el espacio, con un amplio y luminoso sótano, una primera planta para las oficinas, con aulas terapéuticas y un área para los proyectos europeos y de cooperación internacional, y que cuenta con energías renovables que la convierten en un edificio autosuficiente.