Laura Freixas

Laura Freixas

La ensayista catalana Laura Freixas

La ensayista catalana Laura Freixas

14 de mayo de 2025

ENTREVISTA LAURA FREIXAS

La ensayista y escritora catalana Laura Freixas es la próxima invitada del ciclo de conferencias ‘Genios…¿y genias?’ que impulsa la Consejería de Cultura del Cabildo grancanario a través de su Servicio de Museos. Freixas se referirá en su intervención prevista el día 21 de mayo (19:00 horas) en la Casa Museo Tomás Morales de Moya, al vínculo que como pareja mantuvieron María Teresa León y Rafael Alberti, los dos autores adscritos a la Generación del 27.

En su trayectoria ha analizado ampliamente el papel de las mujeres en la literatura. ¿Qué revelan las autobiografías de María Teresa León y Rafael Alberti sobre las desigualdades de género en la formación del ‘genio’ artístico?

‘La arboleda perdida’ de Alberti y ‘Memorias de la melancolía’ de León son dos libros muy interesantes que nos dan una oportunidad única de comparar a dos personas nacidas casi el mismo año, en el mismo país, en un entorno social parecido y con un carácter similar (sociables, vitales, creativas…), pero de distinto sexo. Sus autobiografías revelan cómo, en el caso de un hombre, la autonomía y creatividad son apoyadas, jaleadas, aplaudidas, mientras que, en una mujer, suscitan desconfianza y miedo.

¿Qué elementos considera más reveladores a la hora de comparar ‘Memorias de la melancolía’ y ‘La arboleda perdida’? ¿Hay silencios o ausencias en alguna de ellas que le hayan resultado especialmente significativos?

Sí, el silencio de María Teresa León en torno a la sexualidad. Alberti relata sus primeras experiencias sexuales con alegría y orgullo, como algo que se desarrolla de forma espontánea, en un ambiente de complicidad y sin ninguna consecuencia. Escribe en sus memorias: '¡Primeras pajas infantiles, yo os saludo!' y describe la prostitución como “alegre fiesta del amor”, con mujeres “guapas y baratas”.

Para León, en cambio, la sexualidad es algo vergonzoso y lleno de peligros. Quedó embarazada de su primer novio, a los dieciséis años y eso torció su vida, obligándola a casarse y a ser madre sin verdadero deseo de hacerlo y sin madurez suficiente, además de suponer una deshonra para ella y su familia. Por el contrario, si Alberti dejó embarazada a alguna prostituta, probablemente ni siquiera se enteró.

¿Por qué cree que la figura de María Teresa León ha quedado, durante tanto tiempo, relegada a la sombra de Alberti, a pesar de su obra y compromiso intelectual?

Alberti gozó de muchas más facilidades que León para desarrollar su talento. Tuvo el apoyo, la ayuda, la admiración, de muchas personas, empezando por la misma María Teresa, que se ocupaba de todo lo de la casa y del cuidado de su hija común, y que además le hacía de secretaria, trabajando para el éxito de él, más que el de ella misma.

A posteriori, podemos pensar que el motivo de que él tuviera más éxito es que tenía más talento y el motivo de que ella le ayudara a él a triunfar y no viceversa, es que reconocía esa superioridad artística. Pero yo creo que hay algo más: una educación y un entorno social que empujan a las mujeres a dar prioridad a los proyectos de sus compañeros sobre los suyos propios.

María Teresa León tenía muchísimo talento literario, como lo demuestra esa espléndida autobiografía que es ‘Memoria de la melancolía’. Quién sabe lo que habría llegado a hacer si hubiera tenido el apoyo logístico, profesional y emocional, por parte de su pareja y de la sociedad, como lo tuvo Alberti.

Desde su experiencia como autora de diarios íntimos, ¿qué valor tiene para usted el ejercicio autobiográfico como herramienta para las mujeres escritoras?

La autobiografía en todas sus formas (diario íntimo, autobiografía, memorias, novela autobiográfica…) es importantísima para todos los grupos subalternos, pues ayuda a entender cómo se produce la desigualdad en la experiencia vivida, en lo cotidiano y sus repercusiones en el fuero interno. A mí, como blanca, me resulta interesantísimo leer a afroamericanos como Ralph Ellison (‘El hombre invisible’) o Richard Wright (‘Chico negro’). Y como mujer y escritora, considero los diarios de Anaïs Nin, Sylvia Plath o Virginia Woolf como libros de cabecera. Si decidí publicar mis diarios fue porque aspiro a que ayuden a reflexionar y hagan compañía a otras personas como ellas han hecho conmigo.

¿Qué rol juegan los referentes y modelos (familiares, literarios o históricos) en la construcción de una vocación literaria y cómo difieren esos referentes en el caso de León y Alberti?

En sus respectivas familias, Alberti ve a hombres con libertad y poder. Por ejemplo, su padre hace largos viajes de trabajo, su tío tiene la autoridad en casa, su hermano estudia para ingeniero, lo que enorgullece a la familia… y a las mujeres encerradas y tristes. León describe a su familia con hombres ostensiblemente infieles y mujeres humilladas, como su madre, por las infidelidades del marido, o su tía, que quiso casarse y el cura le ofreció a un sobrino suyo, con retraso mental.

En cuanto a la formación, cuando Alberti de niño dice que quiere ser pintor, su familia le anima. Le dicen: “este niño será un Murillo”, “te llevaremos a Cádiz para que veas sus cuadros”. En cambio, cuando León muestra interés por personajes que podrían ser un referente para ella, su entorno los desacredita. Si se enorgullece de que su tía fue a la universidad, exclaman “por ahí entra el diablo”, de Emilia Pardo Bazán oye decir que es fea, de la princesa de Éboli, que “era una puta”.

Es inevitable, en esas circunstancias, que Alberti tenga confianza en sí mismo y espere apoyo y aplauso de quienes le rodean, mientras que León viva con el temor de ser rechazada si intenta desarrollar proyectos autónomos.

Ha hablado sobre los mecanismos culturales que excluyen a las mujeres. ¿Cómo se manifiestan esos mecanismos en la crítica y en la historia literaria cuando se trata de parejas como León/Alberti?

La historia de la cultura se escribe partiendo, inconscientemente, de ciertos modelos, esquemas que se aplican de forma automática y que nos impiden profundizar y hacernos preguntas. Uno de esos modelos es la pareja “genio y musa”, que hace que demos por supuesto que el hombre tiene más talento que la mujer y que la sumisión de ella a los proyectos de él es algo natural y espontáneo.

En los casos que analizamos en este ciclo de conferencias (Hannah Arendt y Martin Heidegger, Frida Kahlo y Diego Rivera, M. T. León y Rafael Alberti…) creo que esas suposiciones son falsas.

¿En la investigación para esta conferencia ha encontrado algún momento de la vida o la obra de María Teresa León que le haya resultado especialmente conmovedor o revelador?

Sí, me deja desolada la resignación con que escribe “Ahora yo soy la cola del cometa”. Él (Alberti) va delante. “Fue duro en los últimos años de vida consciente sentirse relegada como escritora”, apostilla su hija Aitana. “Ella no lo manifestaba, pero mi padre y yo lo notábamos claramente y aquel silencioso sufrimiento nos llenaba de tristeza”.

El ciclo plantea una pregunta provocadora: Genios… ¿y genias? ¿Es el concepto de genio un terreno que puede resignificarse desde el feminismo o está irremediablemente vinculado a una visión masculina del talento?

El concepto de 'genio' está inextricablemente vinculado al concepto que el patriarcado tiene del varón, como alguien que 'se ha hecho a sí mismo', que goza de una personalidad individual, que tiene derecho a sacrificar a quienes le rodean. Mientras que, el concepto de 'musa' resume las características que la sociedad patriarcal y atribuye a las mujeres y el lugar que les destina: vivir a la sombra de otros, tener poca personalidad propia y ninguna profesión o vocación en particular (el de esposa y madre es un modelo estándar), renunciar a deseos y ambiciones propias para ponerse al servicio de las necesidades o deseos ajenos, etc.

Creo que será muy difícil resignificar estos conceptos, hablar de genias y de musos. Me parece preferible y más ajustado a la realidad ver el arte como algo que, aunque sea creado directamente por una persona con talento, depende mucho de las condiciones sociales y materiales. Los genios no pueden existir sin el apoyo de un entorno familiar y social y es injusto que ese apoyo lo proporcionen mujeres en detrimento de su propia creatividad.

Finalmente, ¿qué espera que el público se lleve de esta conferencia? ¿Cuál sería una buena semilla de reflexión tras este diálogo entre ‘genio’ y ‘genia’?

Que se fijen en las mujeres creadoras y pensadoras, porque sus vivencias y sus reflexiones al respecto, nos suscitan unas preguntas que no han pasado de moda.

Laura Freixas

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La ensayista catalana Laura Freixas

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