Noticia: La Esperanza, una virgen con inclinaciones hacia la izquierda
21 de agosto de 2017
La alarma de la Catedral de Las Palmas se activó al registrase durante la anterior ola de calor un 75-78 por ciento de humedad excesiva y una temperatura elevada de 27-28º, cuando habitualmente la humedad relativa del interior del templo se sitúa con carácter estable entre los 55-60 por ciento y su temperatura oscila entre los 21-23º.
Gracias a esa incidencia y a la inspección ocular que con posterioridad realizaron José Lavandera, director del Patrimonio Eclesiástico del Obispado de Canarias, y la conservadora del Museo Diocesano, Maite Aldunate, pudo descubrirse el peligroso grado de inclinación que había adoptado la imagen de la Esperanza que corona el púlpito situado a la derecha del altar.
La rápida y eficaz intervención articulada con carácter de urgencia entre el departamento de Conservación de Bienes Muebles del Servicio de Cultura y Patrimonio Histórico de la Consejería de Cultura del Cabildo grancanario, que dirige María Cárdenes, y la dirección del Patrimonio Eclesiástico del Obispado de Canarias, ha permitido la retirada de dicha imagen, cuya delicada situación presentaba grave e inminente peligro de caída.
De autor desconocido. La mencionada imagen había cedido y se había desplazado hacia la izquierda poniendo en peligro la integridad de personas y el conjunto de volutas con los angelitos que coronan el tornavoz y sirven de pedestal a la Esperanza, cuya autoría se desconoce, aunque se sabe que fue encargada a un taller de Sevilla en 1777 y su coste fue de 800 reales de la época.
El equipo interdisciplinar institucional al que se unió el restaurador Francisco Díaz Guerra, cree que las condiciones ambientales extremas han podido influir en el hinchamiento y dilataciones de las maderas, provocando que los adhesivos utilizados de colas animales hayan perdido su poder adherente con el consiguiente desencolado de las piezas de este conjunto y desplazamiento con fracturas de sus ensambles.
La gravedad de la situación determinó que era preciso desmontar inmediatamente la imagen al tratarse de una pieza de bulto redondo y macizo, con la finalidad de aliviar la estructura que sujetaba el tornavoz. Con la pericia de dos operarios de la empresa Esmenso, que poseen una amplia experiencia en el traslado de esculturas, pudo retirarse después de casi tres horas de trabajo la imagen que ahora se encuentra custodiada en la sacristía de la Catedral, y proceder al atado con cinchas planas la zona del remate como medida temporal preventiva.
La imagen de la Esperanza era familiar para la responsable de Restauración del Cabildo, María Cárdenes, institución que hace 20 años costeó una intervención integral de los púlpitos que fue encargada a la especialista Carolina Besora Sánchez. Ahora se están analizando las causas de este percance y realizando el estudio de la estructura, con el objeto de definir una intervención que garantice su estabilidad física y devuelva la unidad estética del conjunto. Además, como medida preventiva, se revisará el otro púlpito situado a la izquierda del altar.
La historia de los púlpitos. Los dos púlpitos con que cuenta la Catedral están apoyados a las grandes pilastras del crucero y debajo del cimborrio. Realizados en madera de cedro y caoba, sus cuerpos y estructuras fueron ejecutados por el carpintero y ensamblador de la Catedral, José San Guillermo. Según consta en las cuentas de Fábrica del año 1775 costaron 3.968 reales y 17 maravedíes antiguos, además del oro para la aplicación del dorado del que se responsabilizó el tesorero Lugo. Finalizados los trabajos del 28 de junio de 1776, se mandaron a colocar en la ubicación actual sin las esculturas que lo adornarían y que fueron encargadas por Miguel Mariano de Toledo a Sevilla.
Las esculturas llegaron a la ciudad en once cajones: los cuatro evangelistas costaron 600 reales, los cuatro Padres de la Iglesia 800, la Fe y la Esperanza 800, el estofado y el flete junto con el embalaje, costaron alrededor de 1.280 reales. Los sombreros que actualmente se encuentran sobre los púlpitos con los ángeles debieron ser realizados en Canarias por Osavarry en el siglo XIX, ya que según consta fueron abonados entre 1805 y 1815.