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Noticia: Alicia Puleo: “La Naturaleza ha sido feminizada para justificar la desigualdad y la dominación”

4 de marzo de 2024

El ecofeminismo, corriente nacida en los años 70 de la sinergia entre los valores de la ecología y el feminismo, se ha convertido en un pensamiento en auge debido a la actual crisis social y ecológica global, más evidente aún en territorios insulares. Para abordar a fondo las teorías y aplicaciones de este movimiento, los seis museos gestionados por la Consejería de Cultura del Cabildo de Gran Canaria acogen, de marzo a mayo, ‘Tierra Removida’, un proyecto multidisciplinar que vincula el papel de la mujer en el desarrollo sostenible. Alicia H. Puleo es filósofa, profesora y escritora. Sus ensayos feministas y ecofeministas han sido publicados en medio mundo y, en la actualidad es una de las principales divulgadoras del movimiento en nuestro país. La primera de las conferencias de ‘Tierra Removida’, titulada: ‘Pensamiento ecofeminista ante la crisis ecosocial’, fue ofrecida por Puleo, con la que mantenemos una conversación alrededor del ecofeminismo.

  1.  La primera pregunta es inevitable. ¿Qué es el ecofeminismo?

El ecofeminismo es un pensamiento y un movimiento que combina las inevitables preocupaciones ecológicas actuales con la voluntad de libertad e igualdad de las mujeres. Yo lo he definido como una filosofía y una praxis que emergen contra la dominación patriarcal androantropocéntrica y neoliberal. También podemos decir que es el feliz encuentro del feminismo con el ecologismo y el movimiento en defensa de los animales. Como teoría, es una filosofía que indaga sobre la voluntad de poder  patriarcal como raíz de la dominación de las mujeres y de la naturaleza. 

  1. ¿Por qué cree que es esencial que el feminismo fije su mirada hacia nuestro ecosistema, hacia la Naturaleza?

No habrá futuro digno de ser vivido si no preservamos nuestra casa común, que es la Tierra. Esta es una razón poderosa. El feminismo siempre ha reflexionado sobre los problemas de su época. La crisis ecológica implica, entre otros aspectos, la desaparición de la biodiversidad y el cambio climático, pero aún no se nos enseña que los seres humanos somos absolutamente ecodependientes. Por más tecnología que se desarrolle, sin ecosistemas equilibrados no habrá salud ni bienestar. Y no debemos olvidar que, como demuestran los estudios médicos de vanguardia, las mujeres somos las más perjudicadas por la contaminación ambiental debido a nuestras características biológicas (ciclos hormonales y capacidad de las células adiposas para retener los tóxicos ambientales).

También son muy vulnerables a la contaminación ambiental los niños y niñas. pero por una causa diferente: su sistema inmunitario todavía está en desarrollo. Sin agotar todas las razones por las que me parece esencial que el feminismo se preocupe por la Naturaleza interna (nuestro cuerpo) y por la externa (el medioambiente que nos rodea y del que dependemos), quiero agregar que el ecofeminismo también puede ser concebido como una “negociación preventiva” que aborde la cuestión ambiental en clave de igualdad para que no se devuelva a las mujeres a sus roles tradicionales como ha propuesto algún sector del ecologismo en nombre de la sostenibilidad.

  1. ¿Cuáles son los mecanismos para revisar nuestra percepción de la Naturaleza desde una perspectiva de género?

Como en toda revisión transformadora emancipatoria, lo primero que necesitamos es la adopción de un pensamiento crítico, no conformista, inteligente, no dogmático…  De esta manera, se abren nuevas perspectivas para entender la historia y nuestra realidad. El feminismo nos ha mostrado que la mujer ha sido naturalizada (pensada como cuerpo frente al varón que se autodefinía como razón y espíritu). El ecofeminismo ha señalado que la Naturaleza ha sido feminizada. Estas conceptualizaciones de la mujer y de la Naturaleza han servido a menudo para justificar la desigualdad y la dominación.

  1. ¿Cuál es la base de la aportación ecofeminista a la emergencia climática actual?

Creo que una de sus principales aportaciones es la revalorización de la ética del cuidado y la propuesta de su extensión más allá de lo humano. Extender y universalizar la virtud del cuidado, históricamente femenina, y por lo tanto, desvalorizada. Por ‘universalizar’ entiendo enseñarla a todos los seres humanos, despertar conciencia y mostrar los sesgos de género que afectan a toda la sociedad, incluso a quienes tienen posiciones muy avanzadas en cuestiones  como el ecologismo.  Las claves analíticas y las propuestas del ecofeminismo enriquecen al ecologismo.  Así lo están asumiendo las organizaciones ecologistas. La prueba es que, en 2019, Greenpeace, Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, WWF y SEO/BirdLife dieron a conocer, con motivo del 8 de marzo, un comunicado de prensa en el que afirmaron compartir los principios ecofeministas.  No cabe duda de que esta apertura al feminismo las hace más atractivas para las mujeres.

  1. ¿Qué significa exactamente el concepto ‘patriarcado de consentimiento’ y por qué sigue siendo un lastre en los avances feministas?

En mi libro ‘Claves ecofeministas, he diferenciado, a grandes rasgos, dos tipos de patriarcado: he llamado patriarcados de coerción a las sociedades en las que las normas consuetudinarias o las leyes delimitan de manera muy rígida los papeles y los ámbitos de acción de hombres y mujeres, sociedades que castigan duramente a quienes no respetan esos límites y que restringen mucho la libertad de las mujeres. Pensemos que todavía a finales del siglo XIX las mujeres no podían votar, ejercer profesiones liberales o acceder a la educación superior en los países europeos. Hoy, las mujeres afganas sufren una terrible situación de encierro y de privación del derecho a la educación.

Las sociedades occidentales actuales, en cambio, son lo que denomino ‘patriarcados de consentimiento’. En este tipo de patriarcado, bajo una aparente libertad, se incita a las mujeres a desear y aceptar formas de sometimiento dañinas. No hay una policía de la moral que les obligue a actuar de una manera determinada, sino que la publicidad, las redes sociales y una pornografía cada vez más omnipresente se encargan de hipersexualizar a las mujeres y dictarles lo que supuestamente las libera y ‘empodera’. El caso de la canción ganadora en el Benidorm Fest 2024, ‘Zorra’ es un buen ejemplo de esta forma contemporánea de patriarcado.

  1. ¿Funciona, en este sentido, la sororidad femenina, o aún hay que superar hoy día barreras infranqueables entre mujeres?

Creo que hemos avanzado en sororidad, si tenemos en cuenta que, en un  pasado no muy lejano, hasta las mismas mujeres culpaban a la víctima de una violación o de un abuso. Gracias al feminismo, existe una mayor comprensión de los mecanismos sexistas. El ‘#Metoo’ no sería posible sin esos avances. Pero todavía queda mucho por hacer en el terreno de la sororidad.

7.- ¿Cree que el movimiento es suficientemente conocido en España? ¿Emplean las redes sociales para difundir su mensaje?

Hace unos 10 años, era prácticamente desconocido fuera de ciertos ámbitos específicos. Hoy en día, si bien el ecofeminismo no es un concepto que ya sea familiar como el de feminismo, comienza a sonar y a interesar mucho sobre todo en la juventud. La Red Ecofeminista, coordinada por Dina Garzón, utiliza las redes sociales como la mejor vía de expandir la visión ecofeminista del mundo.

8.- Usted es considerada una figura pionera en la difusión del ecofeminismo en nuestro país, tanto por los círculos ecologistas como feministas. ¿Cómo llegó hasta este lugar de acción?

Tuve la suerte de formar parte del equipo investigador del Seminario ‘Feminismo e Ilustración’, fundado por la filósofa Cèlia Amorós en la Universidad Complutense de Madrid en los años ochenta del siglo pasado. Esto equivale a decir que vengo del feminismo de la igualdad. Después comencé a interesarme personalmente por el ecofeminismo, a través de lecturas de autoras anglosajonas. Sin duda, el hecho de haber sido educada por una madre naturista, me permitió conectar rápidamente con las ideas de estas autoras.  La misma Cèlia Amorós me apoyó en el proyecto de organizar el primer curso de Feminismo y Ecología en la Universidad Complutense.

Más tarde, ya en 2011, publiqué en la Colección Feminismos de Editorial Cátedra un libro que ayudó mucho a la difusión del ecofeminismo: ‘Ecofeminismo para otro mundo posible’. Tardé 6 años en escribirlo, años de estudio y reflexión. Ya lleva más de 10 ediciones. En 2019, publiqué un libro más breve e introductorio: ‘Claves ecofeministas. Para rebeldes que aman a la Tierra y a los animales’, con ilustraciones de la artista ecofeminista Verónica Perales. Y desde hace 4 años, dirijo el curso online Ecofeminismo. Pensamiento, Cultura y Praxis de la Universidad de Valladolid; es un curso abierto a personas de todo el mundo. Se matriculan más de 200 por año. Y quedan tan entusiasmadas que lo recomiendan y lo recuerdan como un espacio de aprendizaje en un ambiente de cordialidad que favorece la reflexión y el debate.

9.- ¿Cuál será el verdadero papel para las nuevas generaciones ecofeministas? ¿Qué retos más importantes se verán obligadas a afrontar?

Como podemos ya constatar, las alteraciones climáticas y ecosistémicas serán cada vez más intensas y traerán conflictos y dificultades de todo tipo en la vida cotidiana. Un panorama de escasez y de decrecimiento involuntario puede producir un retroceso de los derechos adquiridos por las mujeres. Bienes que hoy damos por descontados, como el agua potable, se convertirán en objeto de lucha. Las nuevas generaciones ecofeministas tendrán que buscar soluciones sostenibles y que preserven la igualdad. Los problemas que surjan irán definiendo las prioridades. Lo que será importante es no olvidar nunca lo que constituye la fuerza inspiradora del ecofeminismo: construir una cultura feminista de paz para la humanidad, los animales y la Tierra que nos alberga.  

Trayectoria de Alicia H. Puleo

Alicia H. Puleo es filósofa, profesora y escritora. Sus ensayos feministas y ecofeministas han sido publicados en España, Francia, Estados Unidos, Italia, Portugal, Brasil y otros países de América y Europa, siendo su planteamiento no esencialista asumido como base teórica por la Red Ecofeminista creada en Madrid en el año 2012. Actualmente es catedrática de Filosofía Moral y Política de la Universidad de Valladolid, España, donde, además de su docencia ordinaria, dirige el curso online Ecofeminismo: ‘Pensamiento, Cultura y Praxis’, seguido por un gran número de personas de distintos países. Desde el año 2014, es la directora de la Colección Feminismos de Editorial Cátedra. Es invitada regularmente a exponer sus planteamientos ecofeministas en universidades españolas y extranjeras.

En 2020, el Senado de la República Argentina, a propuesta de la Red de Defensoras del Medio Ambiente y el Buen Vivir, le concedió la distinción ‘Berta Cáceres’ por sus aportaciones a la filosofía ecofeminista. Ha publicado numerosos libros, entre ellos: ‘Ecofeminismo para otro mundo posible’, ‘Claves ecofeministas. Para rebeldes que aman a la Tierra y a los animales’, ‘Ecología y Género en diálogo interdisciplinar’, ‘Dialéctica de la sexualidad. Género y sexo en la Filosofía Contemporánea’ (libro con el que fue finalista del Premio Nacional de Ensayo), ‘La Ilustración olvidada: La polémica de los sexos en el siglo XVIII’, ‘Cómo leer a Schopenhauer’, ‘Filosofía, Género y pensamiento crítico’, ‘El reto de la igualdad de género. Nuevas perspectivas en Ética y Filosofía Política’ y ‘Ser feministas. Pensamiento y acción’.

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