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Noticia: El poblado troglodita de Acusa Seca ya cuenta con un innovador sistema de biodepuración de aguas residuales

7 de mayo de 2019

Los vecinos y vecinas del poblado troglodita de Acusa Seca, en el municipio de Artenara, ya cuentan con una innovadora estación de biodepuración que tratará las aguas colectadas de este singular asentamiento declarado Bien de Interés Cultura, considerado como uno de los núcleos de arquitectura excavada más relevantes y originales de Europa.

El Cabildo grancanario ha acabado con una obra en la que ha invertido 150. 000 euros con el problema crónico de salubridad de sus aguas residuales que venía padeciendo el citado asentamiento, enclavado además en el área de los denominados Espacios Sagrados de Montaña de Gran Canaria que aguarda a su posible nominación por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.

Los consejeros de Cultura y Patrimonio Histórico y Sector Primario y Soberanía Alimentaria, Carlos Ruiz y Miguel Hidalgo, respectivamente, acompañados por el alcalde de Artenara, Jesús Díaz y vecinos y vecinas de la zona, visitarán el día 8 de mayo la planta biodepuradora enclavada en la zona de El Álamo, que dispone de un sistema de fitodepuración que permite, sin energía cableada y a través de un tratamiento secundario, reutilizar las aguas en operaciones de riego para las áreas de repoblación forestal de las propiedades que el Cabildo mantiene en las bandas del Barranco Grande de la Cuenca de Tejeda.  

La planta cuyo proyecto redactó en 2017 la arquitecta Guacimara Delgado y el ingeniero especialista en biodepuración José Luis Peraza, cuenta con un depósito de 100 metros cúbicos de capacidad y un humedal de 32 metros cuadrados. A través del cantil natural del risco de roca basáltica de la zona discurre una tubería de 1.200 metros lineales, que recorre su complicado contorno orográfico hasta la citada planta de reutilización de aguas residuales.

Además, ambos consejeros del Cabildo grancanario conocerán durante la visita el proyecto Tomasen, recientemente premiado en la Feria ENORTE y promovido por vecinas de Acusa Seca con la finalidad de recuperar el paisaje agroproductivo de la vega mediante la siembra de cebada antigua combinando patrimonio genético de semillas, trabajo de refuerzo intergenarcional y soberanía alimentaria.

Hay que recordar que el Cabildo grancanario ha venido adquiriendo desde finales de los años 90 del siglo pasado una serie de casas-cueva en Acusa Seca, hasta contabilizar un conjunto de 30 unidades, en las que se han ejecutado obras de conservación y mantenimiento.

Entre 1480-1850 el hábitat troglodita fue residencia de casi un 10 por ciento de la población, siendo un indicador de las formas de antropización del territorio. Durante los años sesenta y setenta casi todos los núcleos trogloditas de Gran Canaria sufren un abandono motivado por los ciclos económicos que ejerce el tomate primero, y el turismo después, para recuperarse el interés por este singular modo de vida y hábitat en los años 90.

El repunte de ocupación en Acusa Seca se produce durante los fines de semana, ocupándose entre doce y catorce casas-cueva de las 50 que existen aproximadamente, aunque de forma estable viven en dicho núcleo tres familias. Incluso varias de estas casas-cueva se alquilan en plataformas de turismo vacacional, fundamentalmente a visitantes extranjeros. Hay que puntualizar que Acusa Seca, hasta bien entrado en siglo XX, contaba con más vecinos que la propia cabecera municipal del casco de Artenara.

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