Noticia: Los tesoros restaurados en el último año se exhiben en la Casa de Colón
16 de mayo de 2019
La Casa de Colón es un museo de historia, dependiente del Cabildo de Gran Canaria, que se apoya en una colección patrimonial de gran heterogeneidad, donde se agrupan objetos de diversas culturas y latitudes, así como de diferentes cronologías, soportes, estéticas e incluso funciones.
Desde los años cuarenta del siglo pasado ha venido ejerciendo como auténtico Museo de Bellas Artes, con una acertada política de adquisiciones de obras que hoy por hoy constituyen uno de los fondos más valiosos de Canarias. Alrededor de ese numeroso fondo artístico se nutrirá el próximo año la oferta del futuro Museo de Bellas Artes de Gran Canaria (MUBEA) que el Cabildo abrirá en el antiguo Hospital San Martín.
La diversidad de esos materiales custodiados va desde la arqueología precolombina a la pintura flamenca europea, pasando por piezas pictóricas del barroco americano o la pintura en Canarias de finales del siglo XIX a mediados del XX. Así mismo, la colección la integran también instrumentos náuticos y cartografía histórica, estampas, esculturas, fotografías, dibujos, numismática y mobiliario entre otros bienes culturales. Se trata de la única colección permanente de carácter histórico en la isla de Gran Canaria, que hasta la actualidad ha ejercido de Museo de Bellas Artes.
Parte de estos fondos son el resultado de una política de adquisiciones patrimoniales que facilita la obtención de obras significativas para la cultura insular. Esta política se sustenta en diversos criterios y prioridades que dan unidad al fondo, cubriendo ausencias artísticas o temáticas que son de interés para el discurso museográfico. Es decir, aquellas que son importantes por su aportación a la historia, su contribución a nuestra formación y porque reflejan nuestra identidad cultural.
La exposición que hasta el día 16 de junio se exhibe en dos salas de la Casa de Colón, ‘Atesorando patrimonio 3’, intenta dar a conocer al público el trabajo que realiza el museo americanista, con una muestra representativa de las adquisiciones y donaciones efectuadas en el último año, a partir de los criterios establecidos para el cumplimiento de sus funciones como centro depositario de patrimonio.
Adquisiciones de relevantes artistas canarios como Cristóbal Hernández de Quintana (Aparición del Niño Jesús a San Antonio de Padua, ca.1671-1725), José Luján Pérez (Dolorosa de principios del siglo XIX), Manuel Ponce de León (La Purísima, 1846), Néstor Martín-Fernández de la Torre (Marina, 1900), Eduardo Gregorio (Muchacho del risco, ca.1932), Pedro de Guezala (Aguadora de las Toscas, 1941), Josefina Maynadé (dos autorretratos fechados en 1944), Carlos Morón (boceto a tamaño real de La batalla del Monte Lentiscal, 1958) o tres esplendidos lienzos de Juan Guillermo, entre los que destaca los Fusilamientos del 2 de mayo realizado en 1956.
Llama la atención la pequeña escultura del Niño Jesús, de indudable procedencia indiana, fechada en torno a la primera mitad del siglo XVIII. Así como las interesantes piezas de Mariano Salvador Maella (Cristo coronando a San Ramón Nonato, siglo XVIII), el óleo atribuido al taller de Zurbarán en el que se representa a un Monje mercedario, (siglo XVII), la esplendida obra romántica de José María Romero López (La Samaritana, ca.1860), y dos lienzos de Baudilio Miró Mainou (Premio Canarias de Bellas Artes), Campesinas y Campos de verano, donde el verdadero protagonista es la luz del paisaje canario.
También es necesario apuntar, en el apartado de las adquisiciones, un par de jarras oliveras de posible procedencia sevillana (siglo XVI-XVII), dos curiosos manuscritos ilustrados de Agustín y Luis Millares Cubas (1887), una serie de 8 fotografías relativas al Pabellón de las Provincias Canarias en la Exposición iberoamericana de 1929 en Sevilla, así como las detalladas maquetas de las embarcaciones que utilizó Cristóbal Colón, en el primero de sus viajes, realizadas por los prestigiosos Hermanos Crespo.
El ingreso de estas piezas en la Colección del Museo garantiza no solo su investigación, conservación y preservación -muchas han sido restauradas-, sino sobre todo su puesta a disposición del público que accede al museo. La Casa de Colón trabaja con el objetivo de revertir en la sociedad unos recursos públicos cuyo valor excede el meramente económico para convertirlo en un valor social y cultural para nuestro patrimonio.