El día 13 de junio, a las 19.00 horas, la Biblioteca Insular de Gran Canaria proyectará el filme del director David Cronenberg, ‘Un método peligroso’, inspirado en la obra de teatro ‘The talking cure’, de Christopher Hampton, y programada en el marco del ciclo que revisa media docena de célebres ‘biopics’ cinematográficos producidos en los últimos años.

Christopher Hampton, autor del prodigioso guion de ‘Las amistades peligrosas’, escribió ‘The talking cure’ inspirándose a su vez en un libro de no ficción de John Kerr. Cronenberg se detiene en esta cinta de 2011 en la compleja y poderosa historia de descubrimiento sexual e intelectual basada en acontecimientos reales a partir de la turbulenta relación entre el joven psiquiatra Carl Jung (Michael Fassbender) y su mentor Freud (Viggo Mortensen), así como la historia de amor y de exacerbado deseo entre Jung y Sabina Spielrein (Keira Knightley), una mujer aquejada de una neurosis salvaje que comenzó siendo paciente de Jung y acabó convirtiéndose en eficaz ayudante y problemática amante. A este trío se añade Otto Gross (Vincent Cassel), un paciente libertino decidido a traspasar todos los límites. La película viene a demostrar que, en la trayectoria del director canadiense, todo es psicoanálisis, todo es tensión entre carne y psique, entre deseo y razón.

Cronenberg logra sobrecargar la pantalla de energía con los recursos más austeros: bastan dos sillas y dos actores como Fassbender y Keira Knightley para montar una sesión de terapia que permite reconocer en la figura de Sabina Spielrein los ecos de esa turbulenta Claire Niveau a la que dio vida Geneviève Bujold en ‘Inseparables’ (1988). Una austeridad expresiva que el director ya había tanteado en ‘M. Butterfly’ (1993) y en ‘Spider’ (2002) y que aquí sostiene una película civilizada, didáctica, pero, a la vez, llena de misterio que, en un mundo ideal, sería de visión obligada en las escuelas.

Este magnífico y turbulento drama se ambienta a principios del XX, en el momento en que Jung empieza a conocer ese continente inexplorado del que habla Freud y Jung, respectivamente fundadores del psicoanálisis y de la psicología analítica. Y Cronenberg se decanta, para contar la historia por un filme de época, con personajes perdidos entre decorados mientras encaran el drama de sus vidas. Nos reencontramos, pues, con el Cronenberg más clásico de Una historia de violencia. Pero, por debajo, uno intuye al otro Cronenberg, el de antes, el de siempre, preocupado tanto por la carne lacerada como por el espíritu torturado. Un Cronenberg secreto como el subconsciente, tirado en el diván y hablando del deseo y de la violencia como deseo.

Hay que recordar que en esta película se produjo la tercera colaboración entre el cineasta David Cronenberg y el actor Viggo Mortensen, tras ‘Una historia de violencia’ y ‘Promesas del Este’. Acompaña a Mortensen, un actor 19 años menor que él (justo la misma edad que diferenciaba a Freud de Jung): un Michael Fassbender que ya había deslumbrado a la crítica con ‘Shame’, y Keira Knightley, el personaje femenino que en el primer borrador del guion que se hizo en la década de 1990, estuvo pensando para ser interpretado por Julia Roberts.

Las restantes cuatro películas que conforman la nueva entrega de la Biblioteca Insular de su  ciclo del cineforum dedicado a la literatura en el cine son ‘El último bailarín de Mao’, de Bruce Beresford (4 de julio), ‘Neruda’, de Pablo Larraín (3 de octubre), ‘El expreso de medianoche’, de Alan Parker (7 de noviembre) y ‘La guerra de Charlie Wilson’, de Mike Nichols (5 de diciembre).

Todas las cintas se exhiben a las 19.00 horas con entrada libre hasta completar el aforo de la sala.

La moda del ‘biopic’

Abundan tesis en ese sentido con muchas preguntas de fondo: ¿Se puede catalogar como género fílmico?, ¿Es verdad lo que se cuenta?, ¿Es la forma estética el enfoque que debe prevalecer para defender el contenido biográfico?

Lo que sí es seguro es que las biografías gozan de buena salud, tanto a nivel literario como audiovisual. Con estas seis películas queremos poner ese debate encima de la mesa sin menoscabar el disfrute que cualquier exposición artística se merece. En este sentido, queremos valorar el concepto de “verosimilitud”, la subjetividad y el enfoque del artista para contar las historias de estos protagonistas, y que ello propicie un estudio pormenorizado de la época y de la persona retratada, siempre y cuando, ustedes como espectadores/as lo crean conveniente.