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Noticia: El director del Museo Sorolla repasa en la Casa-Museo Pérez Galdós la vinculación entre el escritor grancanario y el artista valenciano tras su centenario

8 de febrero de 2024

En 2023 se cumplieron cien años del fallecimiento de Joaquín Sorolla y Bastida, uno de los grandes maestros de la pintura española de finales del siglo XIX e inicios del XX. Sorolla realizó el retrato de Benito Pérez Galdós en 1894, con treinta años de edad. Es un momento clave en su etapa de producción como artista, que pasará definitivamente a la posteridad al ser utilizado como imagen del famoso billete de mil pesetas. El director del Museo Sorolla, ubicado en el palacete madrileño que sirviera al pintor de taller y vivienda, Enrique Varela Agüí, visita la Casa-Museo Pérez Galdós, en Las Palmas de Gran Canaria, que exhibe el retrato original en su colección permanente, para trazar las pinceladas principales de la trayectoria de Sorolla y sus lazos de amistad con el autor de Fortunata y Jacinta. La charla se celebra el día 8 de febrero, a las 19:00 horas, con entrada libre y gratuita hasta completar aforo.

Sorolla fue el pintor español de mayor proyección internacional de su tiempo y una de las figuras capitales de la historia del arte español en su conjunto. A través de su conferencia, el director del Museo Sorolla, repasará la trayectoria artística y vital del genial pintor valenciano enumerando una serie de obras que resultaron clave en su extensa producción pictórica.

Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad Autónoma de Madrid, Enrique Varela Agüí pertenece, desde 2005, al Cuerpo Facultativo de Conservadores de Museos. Ha sido miembro de la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico Español. Ha desarrollado su actividad profesional en el Museo Sorolla, el Museo del Traje y la Subdirección General de Museos Estatales. En el año 2009 se incorporó como vocal asesor al Gabinete de la Ministra de Cultura, y entre el año 2010 y 2014 ha ejercido el cargo de subdirector general de Museos Estatales.

Historia de un retrato

La luz del Mediterráneo que captó Joaquín Sorolla y Bastida (1863, Valencia – 1923, Cercedilla) en sus icónicas escenas de playas y niños le valió el calificativo de luminista. Pero también fue un gran retratista de la España de su tiempo. A finales del siglo XIX, el pintor valenciano viaja a París y se sumerge de lleno en el movimiento impresionista, siendo por primera vez reconocido a nivel internacional. Sorolla plasmará en sus lienzos de pinceladas sueltas a gran cantidad de personalidades del mundo intelectual y político de entonces. En estas obras, la amistad y el vínculo con los retratados es vital, pues, sin duda, serán estos retratos a familiares y amigos los más excelentes.

Se trata de una imagen muy reconocible, impresa en los antiguos billetes de mil pesetas que hizo la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre en 1979. Es el retrato del gran escritor y novelista Benito Pérez Galdós. Nacido en Las Palmas de Gran Canaria en 1843, fue una de las personalidades literarias más importantes de finales de siglo XIX.  Galdós y Sorolla mantenían una gran amistad. En el archivo documental de la Casa-Museo Pérez Galdós se conservan sus cartas, una interesante correspondencia que evidencia la admiración que ambos se tenían y que refleja la obra.

Como explica el catálogo de la exposición ‘Isla de Arte. Una colección para el Museo de Bellas Artes de Gran Canaria’, con pinceladas rápidas, barridas con muy poco pigmento sobre la preparación blanca que queda visible bajo el cuadro, el pintor retrata a Galdós en una situación cómoda y relajada, sentado en un banco ambientado en un espacio ambiguo que recuerda a un café, los negros y grises del fondo se animan con pinceladas de luz. Vestido con chaqueta y una lazada de corbata, en su mano derecha agarra un bastón, mientras sostiene con su izquierda un cigarro con boquilla; era un gran fumador. Con una expresión facial natural y serena, Sorolla capta la distinción y elegancia a la vez que la sencillez del escritor, con una mirada que se aleja más allá del espectador. Tras él, localizado en un punto de fuga, se observa un cuadro, una marina de suaves olas que podemos identificar con el novelista isleño. 

En los años sesenta, momento de creación de la Casa-Museo Pérez Galdós, el Cabildo de Gran Canaria ordena una copia de esta obra para su inauguración. Posteriormente, en 1973, la institución adquiere la pieza original, gracias a los nietos de don Benito, junto a otros objetos del escritor que permanecían en Madrid. La familia del escritor quiso, desde un primer momento, que la obra se conservase en la Casa-Museo de la capital grancanaria. Desde entonces, forma parte de la colección, ubicado para su exposición permanente en el edificio dedicado al escritor.

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