Noticia: ‘Tan blanco como la nieve’, una visita especial al Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada en el que se funden la danza y la narración oral
24 de enero de 2024
‘Tan blanco como la nieve’ es un recorrido por el Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada, en el que se funden con frescura la danza contemporánea y la narración oral. Después de que tuviera que ser suspendida la actividad el pasado mes de diciembre, el artista Orlando Santana retoma la propuesta de recorrer la salas del museo y el yacimiento para realizar una visita alternativa y nocturna, en la que el público y los artistas son acompañados, simbólicamente, por criaturas que andaban saltando por el mundo mucho antes de que nos convirtiésemos en humanidad: las liebres y los conejos. La sugerente cita nocturna está fijada para el próximo día 26 de enero, a las 20:00 horas.
La actividad, de carácter gratuito, ya tiene la mayoría de sus plazas cubiertas, al haberse suspendido previamente. No obstante, abre plazo de inscripción para las restantes el día 22 de enero, de lunes a viernes, de 9:00 a 14:00 horas llamando al teléfono 928 89 54 89 (ext.3).
Orlando Santana, como narrador, se hace acompañar de la bailarina Dácil Ortega, la ilustradora Marta Nieves y la participación de los bailarines Laia Rodríguez y Ruymán Peña. ‘Tan blanco como la nieve’ continúa la senda abierta con el anterior espectáculo, ‘De la Cueva a la Luna’, que fue estrenado la pasada primavera en este mismo espacio museístico y arqueológico. De nuevo, el espectáculo nace de una convicción íntima, la del vínculo con los animales de compañía, que revela un anhelo de conexión con la naturaleza, “y una necesidad de escuchar la voz de nuestro instinto”, dice Orlando Santana.
Tanto el recorrido estrenado la pasada primavera como este otro, el de otoño, surgen de una experiencia personal transformadora, la de cuidar de un conejo real, al que su dueña encontró un día que paseaba por la playa capitalina de El Confital. La convivencia con esta criatura huidiza animó al narrador Orlando Santana a leer textos de diversas clases sobre los lepóridos.
Mientras se ganaba la confianza de este animal de compañía, tan blanco como la nieve, pasaron por sus manos páginas que describían el comportamiento de liebres y conejos, y muchas narraciones: cuentos, mitos y leyendas que reflejaban la universalidad de su simbolismo.
‘Tan blanco como la nieve’ se inicia con dos cuentos emparentados que aún se cuentan al este y al oeste del estrecho de Bering, en las regiones circunpolares. El primero es un cuento siberiano y el segundo, de procedencia inuit. Ambos nos acercan a una visión animista del mundo y tienen algo más en común: la responsabilidad de devolver –o traer por primera vez– la luz al mundo es asumida por la liebre ártica, tan blanca como la nieve. El primero nos habla, simbólicamente, sobre el despertar de la conciencia, y su trama recuerda a la Titanomaquia de la mitología clásica. El segundo es una fábula que nos expone los fundamentos de una cierta ética natural.
Este cuento inuit vendría a mostrarnos que el mundo que habitamos es nada menos que el fruto de un acuerdo amistoso entre dos criaturas a las que conocemos bien. Por en medio –no podía ser de otro modo– los y las participantes en cada uno de los dos recorridos presencian la búsqueda de un ancestro perdido. Es el avance de una serie policíaca que aún está por rodar. Su título: El caso Ancestral, y sus protagonistas principales: el agente Stone, la inspectora Rodríguez; Ray Sands, redactor de sucesos del Daily Gáldar... y la médium.
El recorrido tiene su última etapa en el espacio donde se levantan las cuatro casas del poblado reconstruidas. Es allí donde se recuerda a la criatura que inspiró la creación de este espectáculo itinerante. Allí también se le dedica a Tangor (así se llamaba un cuento) el último y más largo de todo el recorrido. Será también un cuento viajero, uno que fue traído en la memoria de una abuela marroquí hasta Bélgica, donde se lo contó a su nieta Samira; muchos años después, la nieta lo contaría en Amberes a la antropóloga flamenca Marita de Sterck, que lo dio a conocer en un libro titulado ‘El despertar de la belleza’.
Todo llega a su fin con la aparición de los espíritus tutelares de los lepóridos –esa familia animal a la que pertenecen liebres y conejos–. Es una invocación desenfadada, sin trampa ni cartón, en la que acompañan las notas espaciadas e incisivas que salen de la trompeta ‘asordinada’ de Miles Davis en ese disco de madurez titulado ‘Aura’.
Sobre Orlando Santana
Orlando Santana es narrador oral, periodista y gestor cultural a pequeña escala. En todos sus espectáculos concede un lugar destacado al cuento de tradición oral. Ha narrado en espacios como la sede de la Asociación Atlas, en el barrio de La Isleta; MT Art Space, el Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada y la Biblioteca Insular de Gran Canaria.
Gracias al apoyo de esta última institución, durante el año 2021 logró poner en marcha MUBLA, un ciclo de actividades que tiene como eje central la difusión del arte de la narración oral. Su programa se desarrolló a lo largo del año con una periodicidad estacional, y respondía al compromiso de ofrecer propuestas donde concurrieran diversas formas de expresión artística, especialmente la música, la danza y la narración oral.
El arte de la poesía recitada constituye otra de nuestras señas de identidad y nos acerca más a la antigua figura del juglar. Todas estas aportaciones enriquecen el viejo oficio de contar historias y revitalizan la tradición oral. De esta manera, el rico universo simbólico de los cuentos entronca con las aportaciones de los creadores contemporáneos y continúa siendo una fuente de inspiración vital.
Tras presentar hace cinco años ‘A propósito de Sonrisa de mujer’, en Cueva Pintada, el pasado otoño volvió a estrenar un montaje con José Antonio Fajardo, ‘La voz del abuelo’.