Noticia: Recuerdo del primer Galdós
7 de mayo de 2020
Galdós nació en la tarde de un miércoles 10 de mayo de 1843, durante el reinado de Isabel II y durante la regencia de María Cristina. Fue el décimo hijo que trajo al mundo Dolores Galdós, esposa del militar Sebastián Pérez, que en su juventud luchó contra los franceses en la península. En su casa de la calle Cano (hoy convertida en museo y centro de investigación de su notable producción literaria) fue cuidado y mecido en la tosca cuna de madera que aún puede contemplarse en una de las estancias de la segunda planta del inmueble.
En aquella apacible ciudad de mediados del XIX transcurren los primeros años del adolescente Benito María de los Dolores, que fue un estudiante aplicado tal como refleja su expediente académico del Colegio de San Agustín, donde cursó sus estudios de bachillerato. Despierto y atento a las limitadas posibilidades que le ofrecía el ambiente cultural de entonces, el joven Galdós asistía a conciertos y a sesiones artísticas, acudía a la Academia de dibujo situada en las cercanías del teatro, mientras cursaba sus estudios de bachillerato en Artes en dicho colegio. En este centro ingresó Galdós en el curso 1857-58 como alumno interno para cursar sus estudios de Secundaria, permaneciendo hasta el final de 1862, obteniendo el grado con 19 años ese mismo año en el Instituto Provincial de La Laguna, en Tenerife.
Las habilidades e inquietudes de aquel joven se vieron muy pronto reflejadas. Dirigió la gaceta juvenil ‘La Antorcha’, escribió la sátira ‘Un viaje redondo’, ‘El sol’, ‘El pollo’, ‘El teatro nuevo’, ‘La Emilianada’ y su primer drama teatral, ‘Quien mal hace, bien no espere’. Por si fuera poco, empieza a colaborar con ‘El Ómnibus’, el periódico fundado en 1855 y desaparecido en 1868, con artículos publicados bajo los seudónimos de Yo y Pascual.
Tras culminar su bachillerato en Gran Canaria, Galdós emprende su aventura madrileña en otoño de 1862 con la intención inicial de estudiar Leyes. Atrás quedaban las apacibles aguas de la bahía del Muelle de San Telmo, desde el que partió rumbo a Tenerife unos meses antes para afrontar su examen de bachillerato, hasta el último que lo traería nuevamente a su tierra desde Cádiz, en 1894.