Noticia: Respirar la incertidumbre
7 de noviembre de 2020
El realizador canario de 32 años, Adrián González, presenta en el marco de la 16º edición del festival SREC, su cortometraje ‘La silla frente a la ventana’, un trabajo de 20 minutos que enfrenta a la incertidumbre de la espera a una pareja que aguarda en el espacio cerrado de una habitación por un trasplante. ‘La silla frente a la ventana’ se proyecta el día 8 de noviembre, a las 20.30 horas, en la sesión dedicada a los cortometrajes canarios que se llevará a cabo en la sede oficial de SREC, el teatro Víctor Jara de Vecindario. El festival citado cuenta con el patrocinio del ayuntamiento de Santa Lucía de Tirajana, la consejería de Cultura del Cabildo grancanario y el Gobierno de Canarias.
El citado corto quizás sea el trabajo más personal de la filmografía de González, que ha dirigido ‘Yo, aquí, arte’ y ‘Disnea’, distintas propuestas que han obtenido varios reconocimientos internacionales. ‘La silla frente a la ventana’ consiguió el premio del público en la 21º edición del Islands International Short Film Fest de Nueva York.
El corto cuyo guion escribió a finales de 2018 también Adrián González, habla de una forma casi autobiográfica de la experiencia que para el realizador canario supuso trasladarse a Madrid para someterse a un trasplante bipulmonar. Jugando con las metáforas y el surrealismo, González hace viajar al espectador por la incertidumbre, la pausa y el miedo, todo ello a través de los ojos de su pareja. Interpretado por Saida Fuentes y Borja Texeira, ‘La silla frente a la ventana’ se rodó de manera íntima en las afueras de Madrid (Villanueva del Pardillo) a principios de 2019.
“Es autobiográfico pero posee muchos elementos de ficción. Durante un año y medio tuve que vivir sumido en una incertidumbre constante. Me interesaba realizar un corto no desde la perspectiva del enfermo, sino desde la óptica de las personas que están a su lado en el transcurso del trance de una enfermedad. Congelo la incertidumbre, la quietud de la espera con metáforas visuales que poseen un pulso surrealista en algunas ocasiones”, señala González.
“Ese surrealismo se percibe en espacio de los sueños y de otros detalles domésticos y simbólicos con los que el director juega para radicalizar la realidad. Se consume la carne en una sartén y esa imagen puede operar como una metáfora del dolor”, añade. “El acento íntimo y asfixiante del corto se endurece con planos contemplativos a los que se suma el uso de un ritmo lento para acentuar la sensación de espera”.
“Lo más complicado del rodaje de ‘La silla frente a la ventana’ fue enfrentarme al tiempo de duración del mismo. Nunca había realizado un corto que fuera más allá de los 6 minutos. Intentar reflejar la tristeza que paraliza tu mundo mediante los actores y la puesta en escena para generar una atmósfera, quizás fue el mayor reto al que me enfrenté”, concluye el director.