Noticia: Javier Abad: “El mercado culpabiliza al arte gráfico por su naturaleza múltiple”

9 de marzo de 2020

El artista madrileño Javier Abad Alonso se esfuerza por compaginar su trabajo como oficinista con el de la menos exigente creación. Ganador de la última edición del concurso ‘Gran Canaria Series de Obra Gráfica’, convocado por la Consejería de Cultura del Cabildo, a través de su Taller de Grabado, exhibe, hasta el próximo 17 de abril, en el Centro de Artes Plásticas, su serie denominada ‘Supremus, el cráneo del hombre también es el Cosmos’, merecedora del citado galardón.

Según señala el creador que trabaja desde hace más de quince años la ancestral técnica del grabado, su serie de cinco fotolitografías monocromas estampadas en Arco Tijera, taller de grabado de Madrid cofundó en 2016, parte de fotografías de un observatorio astronómico en Chile que fueron manipuladas digitalmente en su estudio para, posteriormente, confeccionar los fotolitos y las planchas de aluminio.

“Las estampas se encuentran clasificadas entre textos del pintor suprematista Kazimir Malevich y forman parte de mi último proyecto, ‘Supremus’, el manifiesto en el que los pintores rusos a comienzos del siglo XX deciden abandonar cualquier representación de la naturaleza en sus cuadros. La idea era partir de ‘Cuadrado negro’, la icónica pintura de Malevich que sigue a día de hoy generando debate y controversia, como si la sociedad se hubiese quedado parada en ese punto de la historia del arte. Sustituí el plano negro por fotografías de un observatorio astronómico para jugar con la geometría a modo de rompecabezas”, explica Abad.

Se declara “un enamorado del arte gráfico, aunque a veces tengo la sensación de que nado a contracorriente. El grabado lleva implícito un gran esfuerzo que contrasta con el mundo actual, que graba con su teléfono móvil cualquier manifestación artesanal”, lamenta. Javier Abad reconoce que las nuevas tecnologías están ofreciendo infinidad de aplicaciones a la técnica del arte gráfico. “Actualmente hay muchas artistas experimentando con nuevas técnicas y su dialogo con las de hace siglos no hace más que enriquecer y ampliar sus posibilidades expresivas. Goya fue tachado de no respetar la pureza del grabado cuando abandonó el buril para sumergirse en el aguafuerte”, recuerda el artista.

Poesía física

Como subraya el creador la propia naturaleza del grabado le ofrece algunas posibilidades que no encuentra en otros medios expresivos. “Resulta obvio, pero cada lenguaje, ya sea la pintura, el video o la fotografía, tiene unas cualidades expresivas propias y el arte gráfico en general y, el grabado en particular, también tiene su personalidad que lo hace único. Quizás el proceso indirecto de estampación sea donde resida la mayor parte de su magia, donde la matriz y no la mano el artista es la que finalmente interviene en el soporte final de la obra. Hay algo muy poético y a la vez muy físico en el proceso de creación de la plancha y su posterior estampación”, advierte.

Abad reconoce que sus artistas de referencia han sido muchos. “En mis primeros años de formación estaba enamorado de los dibujos de Cy Twombly, la pintura de Jean Michel Basquiat y Mark Rothko , las esculturas de Richard Serra y Oteiza, las instalaciones de  Joseph Beuys, hasta llegar a la propuesta del danés Henrik Olesen, que investiga, desde un planteamiento conceptual, las estructuras de las relaciones de poder y los sistemas de conocimiento desvelando algunas de sus lógicas inherentes que son las que contribuyen a la regularización social y política”.

Sigue trabajando casi a diario en su taller en una incesante indagación que dio comienzo con su entrega titulada ‘CTAPT!’, centrada en el momento histórico en que Yuri Gagarin se lanzó al espacio, en la que se propuso subrayar lo que debió suponer personalmente para los cosmonautas el acontecimiento del viaje a lo desconocido. Desde 2016 ha ido enlazando un proyecto con otro hasta llegar a ‘Supremus’. “Hoy sigo trabajando para que ‘Supremus’ me lleve a otro sitio”, añade.

No se aventura a predecir cuál será la dirección que tomará en el futuro la obra gráfica. “Es complicado. Creo que en los últimos años el grabado está siendo más valorado y cada vez más artistas ajenos a la gráfica, especialmente fotógrafos, se interesan por aprender la técnica. Eso es importante, y lo hace estar más presente en ferias y exposiciones de arte. Aún así, el panorama del arte en general resulta desalentador y en especial para el arte gráfico que parece que aún el mercado lo culpabiliza por su naturaleza múltiple, algo que a día de hoy resulta más absurdo si cabe”.

Cree que el grabado como soporte expresivo no está lo suficientemente valorado en el mundo del arte y, más concretamente, en las colecciones del ámbito de los museos públicos y en las programaciones de exposiciones de las instituciones. “Lamentablemente no lo está. El arte gráfico parece que no ha encajado muy bien en los cánones del arte contemporáneo de las últimas décadas y resulta algo residual dentro de las colecciones de los museos e instituciones. Creo que al final es una cuestión mucho mas profunda que tiene mas que ver con asuntos incidentales de mercado que con la vigencia o no de una propuesta artística. Volvemos a lo mismo, la educación y la cultura versus mercado. Ahí radica el problema”, concluye el artista.

La exposición colectiva en la que puede contemplarse la obra de Abad nos proporciona una panorámica de la vigencia de las técnicas gráficas como canal expresivo y de la libertad y versatilidad con la que pueden ser usadas por los creadores y creadoras. La muestra puede visitarse en el Centro de Artes Plásticas (calle Colón, 8) excepto sábados, domingos y festivos, de lunes a viernes, de 10.00 a 14:00 y de 17:00 a 21.00 horas.

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