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Noticia: La Biblioteca Insular presenta con motivo del Día del Libro, la ‘joya’ más antigua que preserva, un ejemplar restaurado de Savonarola fechado en 1540

17 de abril de 2020

La Biblioteca Insular de Gran Canaria, con motivo del Día Internacional del Libro que se celebra el 23 de abril, propone a la ciudadanía en sus redes sociales el descubrimiento de una publicación que puede considerarse una auténtica joya. Se trata de un viejo libro escrito en italiano antiguo en 1540 por Girolamo Savonarola (1452-1498), que fue restaurado el pasado año por la especialista canaria en conservación de archivos Cruz Lorenzo.

Es el libro más antiguo que se conserva en los importantes fondos bibliográficos de la Biblioteca Insular, que gestiona la Consejería de Cultura del Cabildo grancanario. El público podrá conocer no solo la historia de este singular ejemplar, sino el proceso técnico de restauración al que se vio sometido el libro editado en Venecia hace casi cinco siglos por el impresor Giouanantonio di Volpini.

Titulado ‘Prediche del reuerendo padre fra Gieronimo Savonarola del’ordine di Santo Dominico... di Toscana’, el volumen en cuestión forma parte del rico Fondo Fernando González de la Biblioteca Insular. En el interior de su encuadernación en pergamino se aprecia un grabado xilográfico en que puede contemplarse al polémico dominico Girolamo Savonarola predicando desde un púlpito de un templo.

Cruz Lorenzo trabajó el pasado año en la restauración de este libro eliminando hoja por hoja la suciedad superficial que presentaba mediante limpieza mecánica, delicadas brochas japoneses y una solución hidroalcohólica. Además, reintegró su guarda trasera y retiró distintos elementos añadidos como cintas adhesivas, realizando por último un estuche de cartón duro y rígido especial, preparándolo así para una existencia más perdurable.

Pero ¿quién fue Girolamo Savonarola, el autor del libro? Pues un dominico que murió en la hoguera formada en la plaza de la Signoria de Florencia, tras ser ahorcado por la Inquisición, acusado de hereje por el papa Alejandro VI. Su pecado: denunciar la vida desmesurada de la corte vaticana y por difundir sus propuestas reformadoras de la Iglesia católica y su idea de convertir Florencia en una democracia de inspiración religiosa.

Muchos estudiosos aplican el calificativo de "protoprotestante" al citado dominico por las propuestas reformistas que planteaba en el seno de la Iglesia católica y la influencia posterior que ejerció.

Girolamo (Jerónimo) Savonarola nació en la ciudad de Ferrara en 1452. En 1482 fue enviado al convento de San Marcos de Florencia, uno de los centros religiosos más importantes de Italia. Fundado con la ayuda de los Médici, San Marco era avanzadilla arquitectónica del Renacimiento y sede de la primera biblioteca pública del mundo occidental. Un lugar maravilloso para la meditación y el recogimiento, decorado con unos magníficos frescos de Fra Angélico y sus ayudantes.

Savonarola se convierte en un gran predicador -una figura mediática, diríamos hoy- y comienza a enfrentarse a su protector, Lorenzo de Médici, conocido en toda la ciudad como Lorenzo, el Magnífico, a quien el dominico acusa de prostituir la república para convertirse en un tirano. Sus sermones impresionan y cada vez acude más gente a oírle a San Marcos, hasta que la Iglesia toma la decisión de eliminarlo, primero encarcelándolo y luego torturándolo. Además, el obispo Francesco Ramolino al que el Papa envió a Florencia como legado a seguir el proceso contra Savonarola, falsificó buena parte de las declaraciones del interrogatorio. El fuego de la hoguera consumió para siempre su cuerpo, pero no su legado.

 

Una pequeña historia del libro: testigo en el tiempo

Por Cruz Lorenzo, restauradora del ejemplar

Qué curioso es el mundo de los libros… y no me refiero sólo al contenido textual. Revisando los libros, cogí del estante uno que me llamó la atención. Por error estaba ubicado con los del siglo XVII. Estas cosas ocurren con obras en todos los museos y bibliotecas.

Viéndolo en detalle, comprobé que era de 1540 de un tal Savonarola… (Me era muy difícil pronunciar este nombre, parecía un trabalenguas. Si alguna vez lo estudié, lo olvidé por completo). Con la cubierta y cierres en pergamino. Escrito en italiano antiguo. El papel de buena calidad. Cuando tienes un libro encuadernado a mano, tienes sensaciones difíciles de describir.

Me llamó la atención la disposición de la tipografía. El sonido del papel, su textura, el olor… Poco a poco vas entrando en una comunicación con otra dimensión, una especie de “máquina del tiempo”. El molino papelero donde fue fabricado el papel, el pergaminero, la imprenta casi recién nacida todavía, el encuadernador, en fin, toda una muestra de profesiones y oficios de aquel tiempo.

Resultó ser el libro más antiguo de la Biblioteca, pues por fuera apenas se distinguía el año, por la suciedad superficial que presentaba. De 1540, cuántas cosas por saber… Busqué información sobre este personaje que resultó ser una historia de película en una época tan interesante como fue el Renacimiento.

Estaba en mis manos un objeto de los tiempos de Leonardo da Vinci (1452-1519), Los Borgia (Alejandro VI, Lucrecia, César…), Miguel Ángel (1475-1564), Carlos I de España y V de Alemania (1500- 1558), Juan de Austria (1545-1578), Cervantes (1547-1616), Felipe II (1527-1598)… ¡En nuestra Biblioteca Insular!

Me fui a la Biblioteca Nacional de Madrid y pedí ver otro libro que parecía igual. Durante la visita me pasó una anécdota divertida. Después de hacer la petición estuve esperando por el libro media hora, cuando lo habitual es esperar unos diez minutos. Al dirigirme de nuevo al personal, me dijeron que ya me lo habían traído y durante unos quince minutos, se produjo una “revolución”.

Los pupitres están dispuestos para cuatro personas, dos por cada lado, frente por frente. Al lado mío había un chico con muchos anillos, uno de los anillos me llamó la atención, pues era bastante grande con una calavera. A este chico le revisaron todo lo que tenía sobre la mesa, pero el libro no aparecía. El personal iba y venía, y de repente otro investigador que estaba enfrente del chico de los anillos, se dio cuenta que algo raro estaba pasando, revisó la tonga de libros que tenía él, dándose cuenta que le sobraba uno…

Respiraron profundamente y por fin pude tener el libro en mis manos. Me dejaron sacar todas las fotos que quise en otra sala, con la condición de que no utilizara el flash. No era exactamente igual, pero sí coincidían los grabados de la primera página y letras ilustradas. La tipología también. Fue impreso por el mismo autor Volpini en el mismo año de 1540, en Venecia.

Savonarola fue todo un personaje que la lio bien liada en la época. A veces cuando nos fijamos bien en algo, descubrimos cosas muy interesantes que por la razón que sea, nos pueden pasar inadvertidas a primera vista. Hay mucho por saber. Mucho por investigar. Y todo por este pequeño “testigo en el tiempo”.

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