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Noticia: Una biblioteca que aspira a convertirse en Centro de Documentación Modernista

27 de abril de 2020

En mayo de 1911 se publica en París el primer número de la revista Mundial Magazine, cuyo director es el nicaragüense Rubén Darío, máximo representante del Modernismo literario en lengua española. La publicación es un punto de encuentro para escritores en lengua castellana de ambos lados del atlántico: Leopoldo Lugones, Francisco Gamboa, F. Villaespesa, Julio Camba, los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero, Ramiro de Maeztu o Jacinto Benavente, entre otros. Y entre ellos figura también Tomás Morales, cuya Casa-Museo situada en el municipio de Moya, es una de las pocas instituciones en el mundo que posee la colección completa de la mencionada revista, que se publica hasta 1914.

Es uno de los varios tesoros que guarda este centro dependiente de la Consejería de Cultura del Cabildo grancanario en sus archivos, que giran en torno a la vida y la obra del poeta Tomás Morales, y ofrecen un marco histórico, literario, artístico y sociológico de la época a la que éste perteneció. Su Archivo-Biblioteca convierten a esta casa-museo en una entidad no solo especializada en la difusión y el estudio de la producción ‘moraliana’, sino en la poesía y el movimiento Modernista, objetivo que, desde su inauguración en 1976, ha venido cumpliendo.

Desde entonces, paralelamente a la biblioteca personal de Tomás Morales, se ha ido creando una biblioteca de consulta especializada en el autor de ‘Las Rosas de Hércules’ y los estudios moralesianos, así como en literatura de la época, que abarca el Modernismo en todas sus vertientes, publicaciones de poesía canaria de sus coetáneos, prestando especial interés en primeras ediciones ilustradas, sobre todo en la ilustración gráfica del libro en el Modernismo.

Entre las joyas que custodia el centro encontramos dos ejemplares únicos y artesanales de ‘Las Rosas de Hércules’, conocidos como libros de autor, diseñados por el propio Tomás Morales, en los que aparecen, casi al milímetro, todos y cada uno de los componentes de la futura publicación: la ubicación de los textos, las viñetas, los dibujos y las letras capitales que debían acompañar a cada uno de los escritos, incluidas las cubiertas.

Otra de las notables obras que alberga su biblioteca es el exlibris de Tomás Morales realizado por Juan Gris y publicado en la revista ‘Renacimiento Latino’ en 1905. La viñeta de la firma de Tomás Morales representa un gato blanco con manchas negras sobre el lomo y la cara, de grandes ojos abiertos y cuya negra cola configura el marco con la firma “Tomás/ Mora/ les”. Al archivo documental se unen primeras ediciones con dedicatorias autógrafas de una larga nómina de poetas canarios que se extiende hasta la década de 1970, ediciones todas procedentes de donaciones, adquisiciones o depósitos de bibliotecas privadas de varios intelectuales y artistas canarios.

El director de la Casa-Museo Tomás Morales, Guillermo Perdomo, señala que el objetivo es “ir hacia la configuración de una biblioteca especializada en Modernismo, en poesía y literatura canaria contemporánea y con el tiempo convertirse en Centro de Documentación Modernista. Para ello se ha ido creando también un fondo bibliográfico especializado en la Edad de Plata, una de las etapas más importantes de la literatura española, a las que se une la colección de revistas literarias y semanarios de la época como Florilegio, La Esfera, España, La Ilustración Española y Americana, Blanco y Negro, Renacimiento, Mundial Magazine y Pèl & Ploma”.

Hombre de su época

Desde la incorporación de Perdomo a la dirección del centro museístico se ha incidido en la ampliación específica de la biblioteca que ha ido aumentando sus fondos, por un lado, con la donación de buena parte de la biblioteca personal del poeta por parte de la familia Morales González y, por otro, de una importante donación del abogado Carlos Suárez, fallecido recientemente y emparentado con la mujer de Alonso Quesada, Rita Suárez.

El centro también ha recibido los fondos del poeta Lázaro Santana, en el que además de primeras ediciones del 27 y mucha bibliografía canaria, se encontraban varios ejemplares que pertenecieron a la biblioteca de Néstor. Asimismo, la institución ha realizado adquisiciones de ejemplares singulares de nuestra tradición bibliográfica y colecciones de revistas facsímiles de la época.

“Si atendemos a la biblioteca personal de Morales, sus lecturas variadas indican que era un hombre de su época con conocimientos clásicos y modernos, que acude a fuentes francesas”, indica el director, que al mismo tiempo lamenta que no les haya llegado la totalidad de su biblioteca, “ya que ese conocimiento abre muchas puertas para la interpretación y un mejor conocimiento del lector y del poeta”. Perdomo destaca un libro en particular, ‘Calligrammes’, de Apollinaire, en su primera edición parisina de 1918, un año antes de la publicación del tomo segundo de ‘Las Rosas de Hércules’.

“La presencia de este libro indica que Morales estaba al día en las lecturas de los movimientos estéticos y del inicio de las vanguardias, que es la línea en la que están enmarcados los libros canarios del momento, en una búsqueda de nuevos caminos y en una superación de los modelos anteriores”, señala Perdomo. Para el también investigador y filólogo canario, el caso de las islas en el contexto literario de la época “requiere de unos replanteamientos serios, ya que se pueden ver anticipos de nuevas literaturas, como el caso de Alonso Quesada, que es quizás más evidente que el de Morales y sin embargo éste también está poniendo las bases de nuevas rutas posibles”.

La biblioteca de la Casa-Museo Tomás Morales es un espacio abierto al público general y con el proyecto actual de digitalización de los fondos, cualquier usuario en cualquier lugar, podrá acercarse a los fondos documentales. “Este es uno de los objetivos más importantes a desarrollar en los próximos años”, agrega el director de la Casa-Museo Tomás Morales de Moya, ahora que los nuevos acontecimientos nos están enseñando que hay cosas que se pueden hacer y que debemos hacer de otra manera. Guillermo Perdomo aventura que “un museo no deberá ser en el futuro sólo y exclusivamente lo que existe dentro de cuatro muros determinados. El museo abierto con su archivo y su biblioteca ofrece un amplísimo mundo de nuevas visiones y posibilidades”.

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