La Sala Insular de Teatro acoge este fin de semana el estreno del montaje ‘Nada de nada’, un espectáculo arriesgado y poco convencional compuesto por cuatro piezas breves escritas en su día por José Sanchis Sinisterra, uno de los dramaturgos más reconocidos y representados del teatro español contemporáneo y, sobre todo, considerado el gran renovador de la escena de nuestro país durante el siglo XX.

Pero ‘Nada de nada’ va más allá del teatro de Sanchis Sinisterra, al fusionarlo con la música electrónica de Nacho Martín, que dirige el espectáculo junto a Luis O’Malley y Rosa Escrig, quien también lo protagoniza.

El montaje, que se exhibe viernes y sábado a las 19.30 horas en recinto de Primero de Mayo, fue concebido durante el confinamiento de la pasada primavera para luchar contra la sensación de pérdida y vacío provocados por la Covid-19.       

“Se trata de un experimento con el género teatral y una fusión narrativa y musical para que el espectador no deje de estar atento, de estar sorprendido ante el espectáculo que está observando”, según sus responsables, que advierten de que el disfrute de la obra exigirá cierto esfuerzo por parte del público.

La obra “no es apta para un público complaciente, sino para unos espectadores ávidos de sorpresas, dispuestos a embarcarse en un viaje alucinante del que regresarán con muchos interrogantes”, según sus responsables, para quienes estamos ante “una propuesta arriesgada, distinta y original, digna de un paladar con ganas de probar sabores extraños y alejarse de lo normal, lo cotidiano”.

A solo 10 euros, las localidades están ya disponibles en la web www.salainsulardeteatro.com y en la taquilla del Teatro Cuyás. Además, hora y media antes de las funciones, lo estarán también en la taquilla de la propia SIT (Avenida Primero de Mayo, s/n, Las Palmas de Gran Canaria).

Reflexión y cuestionamiento

En 1988, Sanchis Sinisterra incluyó en ‘Pervertimento y otros gestos para nada’ cuatro piezas breves (‘Al lado’, ‘La puerta’, ‘Casi’ y ‘Presencia’) concebidas como un interesante ejercicio de reflexión y cuestionamiento de los elementos fundamentales del hecho teatral.

Se trata de cuatro historias vinculadas al escenario y al mundo del arte dramático, con la característica austeridad escénica de este gran autor que han sido rescatadas ahora para este original montaje.  

En él, tiene un peso destacado la música de Nacho Martín, que dialoga con Escrig como si de un personaje más se tratara, pero también la iluminación, cuyo simbolismo da visibilidad al espacio y singularidad a cada escena, y el vestuario diseñado, con prendas recicladas, por Nauzet Afonso, en lo que pretende ser un modelo a seguir basado en la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente por parte también del hecho teatral.