La edición ‘El Signo Insular’, que acaba de publicar el Cabildo de Gran Canaria, a través de su Departamento de Ediciones, es un paseo a través de la iconografía que nos conecta con las imágenes y símbolos que representan nuestra identidad. Esta nueva propuesta de nuestro polifacético Premio Canarias, Ángel Sánchez, es un ejemplo de esfuerzo y dedicación en la investigación de aquellas cuestiones que construyen nuestra identidad como pueblo. Como poeta, ensayista, narrador y antropólogo, dedicado también a la poesía visual más que reconocida y considerada, el que fuera Premio Canarias de Literatura 2018, nos ofrece ahora una valiosa aportación a la Cultura, por su necesaria e interesante labor creativa y de investigación. La identidad canaria existe sectorizada por islas, con una historia común que hemos compartido durante los siglos de colonización.

Una propuesta que analiza los signos del pasado, tan necesarios para entender el presente y vislumbrar el futuro. En tiempos en los que de manera insistente se nos invita a permanecer atentos y atentas a las señales que recibimos para transitar con más o menos éxito en la vida, se me antoja que igual de necesario es ser capaces de interpretar las señales que nos legaron quienes siglos atrás caminaron por nuestros barrancos, se bañaron en nuestras playas, excavaron graneros en los volcanes, fabricaron zurrones,…

Estas señales forman parte de nuestro ADN, han pasado de generación en generación. Definen nuestra idiosincrasia.

‘El signo Insular’ se convierte en una herramienta imprescindible para ayudarnos a interpretar la simbología que nos une como pueblo a través de imágenes construidas a partir de nuestra memoria colectiva. Nos ayuda a descifrarlas, a darle sentido y hacerlas más presentes, más evidentes.

Una obra para consulta que nos invita a repensarla con cada lectura, pues la amalgama de significados generados desde una asimilación del paisaje, su actitud ecológica siempre presente en su cosmovisión, la comparecencia de la naturaleza, son elementos definidores de una manera de observar, de ser y de sentir. La existencia psicosocial y cultural insular se manifiestan con una expresión natural en este trabajo interpretado a la manera del autor, con la mixtura necesaria desde la que construye las identidades de las realidades insulares.

Y como artista pop inmerso en una sociedad de consumo, con vivencias fuera del territorio canario, enriquece su conocimiento con aportaciones que afinan aún más si cabe su sentido de lo canario, de la posible canariedad.

La iconografía se ha incorporado a nuestras vidas con un nuevo sistema de signos formando parte de ella y especialmente de nuestra forma de comunicarnos. Podemos compartir nuestro estado de ánimo, sin tener que usar ni una sola palabra, todo se recoge en un simple gesto de la aplicación de nuestro teléfono móvil. Ya no es necesario decirle a nadie que nos encontramos tristes o que somos inmensamente felices, con la ayuda de un emoticono somos capaces de hacerlo saber y con tan solo el esfuerzo de un vistazo nuestro destinatario es capaz de entenderlo. Son tan importantes que las grandes empresas centran grandes esfuerzos en implementarlos en su comunicación y forma de relacionarse con sus clientes, principalmente a través de los medios digitales. Hemos aprendido a utilizarlos e interpretarlos sin ningún tipo de problema.

Sin embargo, ¿cómo podemos interpretar aquellos símbolos legados de generación en generación, aquellos que vienen de quienes nos precedieron? La respuesta está en esta obra, que ha posibilitado disminuir el riesgo de que precisamente la digitalización, termine por borrar nuestra iconografía de la memoria.

Una iconografía peinada por brisas de tres continentes, al fin y al cabo, Canarias es punto de encuentro entre Europa, África y América. Construida desde la prehistoria recoge una investigación llevada a cabo durante muchos años y que hoy, por fin, presentamos en tres tomos. Una visión a modo de paseo por símbolos y lugares tan representativos como el Teide o nuestro emblemático Roque Nublo. Por nuestras playas, dunas, volcanes, pintaderas, espirales, ídolos, flora, fauna, elementos culturales y sociales identitarios de todo tipo, que representan, en definitiva, los robustos ladrillos sobre los que se ha construido la identidad isleña.

‘El signo Insular’ representa la oportunidad en la que el pasado y presente se dan la mano para entendernos como comunidad, para reconocernos mejor entre nosotros y nosotras mismas, para presentarnos y hacernos entender por quienes nos quieren conocer. Tenemos la oportunidad de intentar educar a través de lo que escribimos y crear conciencia a la sociedad sobre sus derechos. Utilizar la escritura como arma para exponer la belleza, la ética, nuestra verdad… con un pensamiento siempre crítico.

(*) Guacimara Medina Pérez

Consejera de Cultura del Cabildo de Gran Canaria