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Noticia: Teresa Iturriaga: “Como escritora, siempre ha guiado mi búsqueda la diversidad como criterio unificador”

5 de marzo de 2022

Teresa Iturriaga Osa tiene una máxima en su vida que sigue a rajatabla: “que no se me queme la comida mientras escribo”. Efectivamente, escribir y cocinar son tareas simultáneas en su quehacer cotidiano. La cocina y el despacho son sus lugares favoritos “de refugio y de creación”. La conexión no es casual. No hay muchas hijas que puedan presumir de tener un padre con una estrella Michelín. Lleva con orgullo su genética hostelera desde su Mallorca natal hasta las puertas del museo Guggenheim, donde su familia regentaba un restaurante, aunque se confiesa una enamorada sin remisión de la playa de Las Canteras. Este maridaje, aliñado con su trabajo como traductora, socióloga, periodista y, sobre todo, exploradora incansable de nuevos paisajes y sabores culinarios ha culminado en ‘Palabra de gourmet’, un libro de 8 relatos que suponen un viaje culinario, pero también geográfico por culturas y, sobre todo, por su gran pasión, la literatura.

‘Palabra de gourmet’ (La flor de lis, 2021) se presenta el día 10 de marzo, a las 18:30 horas, en la Casa-Museo Tomás Morales de Moya. La autora estará acompañada de un padrino de excepción, el rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, además de especialista en Salud Pública, Lluís Serra Majem.

Comida y literatura. Dos pasiones ¿Con cuál de las dos corre más peligro de quemarse?

Con la comida, por supuesto. No sería la primera vez que, enfrascada en un poema, se me pegan los pucheros. A veces son tareas simultáneas. Escribir y cocinar para mí tienen muchos ingredientes en común. Ambas pasiones me ofrecen soluciones abiertas y creativas. El cuidado del detalle, el conocimiento del fondo y del punto, la paciencia del tiempo de cocción, el enigma del sabor que se recreará en paladares conocidos y desconocidos… Una combinación de la imaginación con los sentidos, elevados a la máxima experiencia artística a partir de elementos opuestos y, a la vez, complementarios. Sus ingredientes: luz, color, tacto, aroma, música, caricia, osadía… Desde esa dimensión, la personalidad artística vive los sueños, va cambiando lo que entre todos hemos aceptado llamar ‘realidad’ y, gradualmente, puede ir materializándose lo que sucede en la fantasía. Pura alquimia. O física cuántica. En cualquier caso, escritores o cocineros siempre esperamos que nuestro esfuerzo llegue a lectores y comensales.

¿‘Palabra de gourmet’ ha sido escrito por la mano de una crítica gastronómica, una amante del buen comer o una cocinera?

Soy una mezcla de las tres. En realidad, una amante de la estética. Yo nací en Palma de Mallorca. Por la profesión de chef de mi padre, en pleno ‘boom’ turístico balear, y su excelencia como chef de la jet set internacional hizo de mí una gourmet privilegiada a la hora de degustar sus platos. Obtuvo dos premios nacionales de cocina en la década de los sesenta y, al establecerse en Bilbao, inauguró el ‘Restaurante Iturriaga’ a pocos metros del Guggenheim, con Estrella Michelín. Fue pionero de la nueva cocina de autor que todos los cocineros vascos recuerdan y respetan. De manera que el título de este libro, ‘Palabra de gourmet’, juega con términos de cocina porque los relatos que en él se incluyen tienen mucho que ver con mi forma de sentir la existencia. Una vida enlazando los vapores de los quehaceres cotidianos con los de la escritura. A medida que se va entrando en su lectura, puede comprobarse que hay una rica amalgama de visiones, donde se mezclan en revoltijo mis vivencias personales con el sabor a salitre del Mediterráneo, el Cantábrico y el Atlántico, los mares que salpican mi labor creativa.

Uno de los ingredientes de las recetas de ‘Palabra de gourmet’ es el juego que se establece entre mi vida personal y literaria. En efecto, este libro es una muestra palpable de que, entre la literatura, la cocina, la música, el arte, la danza, la arquitectura y, en fin, la investigación de cualquier área de conocimiento hay un espacio compartido en el que las estrategias del juego representan un papel fundamental para el descubrimiento de nuevos caminos.

La edición contiene 8 relatos con nombres tan sugerentes como ‘Sopa de bambú’, ‘Terapia al steak tartar’ o ’¡Una de alioli!’ ¿Comer es viajar?

Así es. La cocina y la restauración han marcado mi trayectoria vital y esa actitud ha sido el hilo conductor que, en mi ámbito profesional, tanto como traductora como escritora, siempre ha guiado mi búsqueda de la diversidad como criterio unificador. Además, en lo que a mí respecta, la cocina, mezclada con las letras, siempre ha sido enemiga de la rutina.

Me encanta viajar y entrar en los mercados, los zocos, probar sus recetas… La literatura tiene que ver con la vida intensa y, a lo largo de la historia de la literatura, son múltiples los casos de escritores que han ahondado en los efectos de la gastronomía dentro de las historias de sus personajes. Sucede a veces que un sabor es capaz de arrancarnos un recuerdo que se va construyendo por sí solo vestido de azar y de ficción.

¿Qué aprende un verdadero gourmet de los platos que prueba? ¿Hay que ser antropólogo para saber apreciar sabores lejanos?

Aprender a ser gourmet es atreverse a abrir la mente a sensaciones desconocidas. Es un modo de expandir los clichés tradicionales que atrapan el cerebro y, por consiguiente, nos ayudan a entrar en valores culturales diferentes a los propios. Estimula el hemisferio creativo, el territorio de la improvisación, eso es algo que mi padre me enseñó desde pequeña.

En efecto, la alta cocina requiere de un mayor grado de imaginación. Nos entrena al desafío, porque los nuevos sabores modifican la relación existente entre la memoria y el pensamiento, aumentan la capacidad de adaptación ante cualquier situación. La cocina es un buen medio de aprendizaje para afrontar nuevas experiencias. Los chefs creativos nunca se ciñen a las reglas de un libro de recetas, ya que suelen utilizarlo como una referencia, pero no lo siguen al dictado. Precisamente, este libro de relatos es reflejo de diversas coreografías vitales que se sirven en la mesa del lector como platos decorados. Por eso, el gourmet abre las puertas de la percepción ante el asombro.

Los viajes están presentes no solo en sus gustos culinarios, sino en sus libros ¿Necesita viajar para escribir?

Viajar es un impulso que llevo en mis genes. No he hecho otra cosa que viajar desde que nací y dondequiera que voy, aprendo, vivo, amo, sueño. Después, escribo los trazos que ese viaje ha dejado en mi interior.

Como traductora, eligió para su tesis doctoral evaluar la traducción al inglés de los reportajes de viajes de las revistas ‘Ronda Iberia’ ¿Es complejo transmitir las sensaciones de un viaje en cada idioma?

La traducción es una actividad bilingüe y bicultural muy compleja. El objetivo final de mi tesis era evaluar las traducciones de un nuevo género híbrido: el reportaje de viajes de las revistas de las compañías aéreas con claros intereses comerciales y turísticos. Literatura y periodismo. A partir de ahí, analicé hacia dónde se orientaba cada tipo de texto (mayor o menor grado de coincidencia con la verdad, relación de acercamiento del lenguaje a la realidad o a la mente, niveles de objetividad y de subjetividad). También examiné el encargo y otros factores que determinaban la situación comunicativa. Encargo de la empresa, autoría, destinatario (turismo en un mundo globalizado), no coincidencia de conocimientos culturales en la comunicación bilingüe, etc.

Había que distinguir bien entre los conceptos, pasajero-turista y pasajero-viajero y estudiar los perfiles de los destinatarios, tanto en la cultura origen (española) como en la cultura meta (turista internacional, texto en inglés). Y es tan difícil ser fiel al programa conceptual del autor o autora del texto original que la traducción solamente es un ejercicio de aproximación a la intención de quien escribe.

La conciencia social también está presente, tanto en sus trabajos de traducción como en su obra literaria. ¿Se trata de un compromiso personal?

A los 17 años conocí al filósofo Lanza del Vasto, discípulo de Gandhi, y con un grupo de jóvenes objetores de conciencia fundamos la primera Comunidad del Arca en España. Viví durante cinco años una experiencia espiritual con un compromiso social basado en la no-violencia. Una escuela de vida que marcó completamente mi relación con el mundo y se refleja en mi escritura. Mucha gente cree que mi poesía es mística. No lo es realmente, pero sí procede de ese diálogo interno que conservo del mundo de la meditación y la no-violencia. Es una poesía que tiene mucho que ver con el espejo donde te miras y ves tu interior.

¿En qué consistió exactamente esa experiencia?

Realmente, yo conocí a Lanza del Vasto en Bilbao, cuando estudiaba 3º de BUP. Mi profesora de Filosofía me llevó a escuchar una conferencia suya, aprovechando que estábamos estudiando los Presocráticos. Fuimos las dos y me impactó su estampa impresionante y su larga barba. Las comunidades del Arca eran autosuficientes, incluso hilaban su propia ropa. Era una protesta contra el mundo, para que el mundo también viera que, de alguna manera, esta rueda del sistema había que pararla para que no nos convirtiera en máquinas. Eran lugares preparatorios para resolver el combate interno que te permitiera salir a combatir lo externo. Nosotros hicimos muchas acciones por la paz. Estábamos en plena Transición, con el terrorismo de ETA que mataba a diestro y siniestro y también se producían torturas. Ese era el contexto. Después fueron desapareciendo porque nos hemos ido introduciendo en el aislamiento, en el individualismo.

Lo femenino es otra constante en sus escritos: ‘Revuelto de isleñas’ (junto a Dolores de la Fe), además de relatos sobre mujeres de la historia… ¿Cómo se ubica dentro del feminismo?

No concibo un feminismo que me enfrente al hombre ‘per se’. Hay aún mujeres machistas y también abundan los hombres que luchan por la justicia. No todo el monte es orégano. Ni blanco ni negro. No me incluyo en ningún radicalismo. La sensibilidad y la dignidad humana no tienen que ver con el sexo. Ahora bien, sabemos que las estructuras patriarcales político-religiosas han configurado el mundo antiguo y han contribuido a crear desigualdades entre hombres y mujeres. Ya es hora de normalizar la condición humana en ese sentido con las herramientas jurídicas y laborales de las que dispone la civilización. Tampoco debemos olvidar a las mujeres del mundo pobre y subdesarrollado. Hay que conseguir una sociedad global más solidaria. Sin distinción.

¿Poeta por encima de escritora?

Sinceramente, creo que la palabra puede encontrar caminos de expresión en cualquier género. Como diría mi maestra Zinaida Lvóvskaya en la interpretación de mi idiolecto: mis textos están plagados de marcadores evaluativo-apelativo-expresivos, tanto en prosa como en verso. Y sí, lo confieso, es mi naturaleza. Escribo. Huyo de las clasificaciones que nos separan y pertenecen al viejo orden. Lo interdisciplinar se impone en la evolución humana.

¿Qué significa para una isleña de Mallorca la playa de Las Canteras?

Lo cierto es que crecí entre dos mares: el Mediterráneo y el Cantábrico. Todos los veranos pasábamos tres meses en Zumaya, en la costa de Guipúzcoa, pueblo natal de mi madre. Nunca tuve problema en elegir entre los dos, los amaba por igual, con conciencia de niña. Porque desde muy temprana edad, la integración de estos dos mares en mi personalidad fue inmediata, natural. Y por ello, el gran océano Atlántico en La playa de Las Canteras, frente a mi ventana, me abriga los sueños. Porque el mar no entiende de fronteras, danza en su libertad. Llevo 36 años viviendo en Canarias y durante mucho tiempo estuve trabajando en defensa de la playa, con un grupo de personas que pretendíamos convertirla en algo digno de verse. La playa de Las Canteras es la joya de la Corona y necesita ese mimo.

Teresa Iturriaga Osa. Escritora, traductora y gourmet

Teresa Iturriaga Osa (Palma de Mallorca, 1961) es doctora en Traducción e Interpretación por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Reside en Canarias desde 1985. Dedicada a la gestión cultural, el periodismo, la sociología, la radio, la poesía, el ensayo, el relato y la traducción, también ha sido directora de proyectos culturales como ‘Que suenen las olas’ (Canarias-Marruecos) y ‘Alar de rosas’ (España-Honduras). Ha publicado ‘Mi playa de las canteras’, ‘Juego astral’, ‘Revuelto de isleñas’, ‘Desvelos’, ‘Sobre el andén’, ‘Gata en tránsito’, ‘Campos Elíseos’, ‘En la ciudad sin puertas’, ‘DeLirium’ y ‘El oro de Serendip’, traducido al francés. (‘L'Or de Serendip’). Se incluye en varias antologías: ‘Orillas Ajenas’, ‘Hilvanes’, ‘Fricciones’, ‘Ecos II’, ‘Doble o nada’, ‘París’, ‘Mujeres en la Historia I-II-III-IV’, ‘Casa de fieras’, ‘Pilpil y mojo’, ‘Sexo robótico’ y ‘2120’. ‘Palabra de gourmet’ (La vocal de lis, 2021) es su último libro.

 

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