Noticia: Ruiz Zapatero: “La arqueología canaria es capaz de hacernos reflexionar sobre temas apenas conocidos en el territorio nacional”
3 de octubre de 2022
1.- ¿Cómo ha evolucionado el estudio de la arqueología canaria a lo largo del último medio siglo?
R.- La arqueología canaria ha ido creciendo en los últimos 50 años en dos ámbitos relevantes, en ambición científica y en calidad investigadora. He sido testigo parcial, pero directo, a través de numerosas tesis doctorales de las que he sido miembro de tribunal en las dos últimas décadas. Y se ha hecho en un doble sentido: gracias a muy buenos investigadores experimentados (promociones de los años 1970 y 1980) y excelentes nuevas generaciones de arqueólogas y arqueólogos canarios abriendo nuevos caminos.
La existencia de dos universidades y una red de museos interesantes y activos ha supuesto la consolidación de la arqueología canaria actual. Además, se han ampliado los contactos internacionales, han crecido las publicaciones de investigadores canarios en revistas de impacto internacional y se defienden con esfuerzo y dedicación las revistas propias, que son fundamentales para crear ‘tejido arqueológico’. Cuando terminé mis estudios de licenciatura, a mediados de los años 70, la arqueología canaria no figuraba en los manuales universitarios españoles y hoy la arqueología canaria no solo constituye un componente importante de la arqueología del Estado sino que, por sus especificidades, es capaz de abrir nuevas agendas de investigación arqueológica y hacernos reflexionar sobre temas apenas conocidos en el resto del territorio nacional.
2.- ¿Qué características hacen únicos o diferentes los estudios arqueológicos en las Islas Canarias?
R.- La arqueología canaria es muy singular por varias razones. Los contextos arqueológicos son muy especiales, como los enterramientos con cuerpos momificados, los cenobios, graneros de comunidad excavados en roca y defendidos, y la rica diversidad de manifestaciones rupestres gráficas, por solo citar algunos de los más genuinos. Además, los paisajes isleños son ‘laboratorios sociales’ únicos que permiten estudios de paisaje y organización y uso del territorio de gran importancia y valor. Las comunidades canarias antiguas fueron conquistadas y casi completamente exterminadas por la conquista castellana, pero al lado de ese lado oscuro de la historia, no resulta menos cierto que las referencias y escritos de los siglos inmediatamente posteriores permiten contrastar evidencias textuales y evidencias arqueológicas.
Por otro lado, la pervivencia de muchos rasgos culturales de los antiguos canarios surge de la tierra y aflora en la cultura popular y el mundo rural actual. Y se están estudiando en un ejercicio también único en el panorama español.
3.- ¿Se debe abordar entonces el estudio de la historia del Archipiélago desde una perspectiva distinta a la metodología peninsular e incluso internacional?
R.- La arqueología canaria tiene el doble atractivo de contar con un registro arqueológico muy singular y, al mismo tiempo, aportar miradas e interpretaciones arqueológicas también muy singulares. Pero eso no significa que se deba quedar con una metodología particular o propia. Las metodologías las han ido enriqueciendo los arqueólogos y arqueólogas canarios, aportando ideas y planteamientos novedosos y ‘respiran’ las tendencias más punteras de la arqueología internacional.
4.- ¿Se considera superado, en pleno siglo XXI, el debate sobre el origen de los primeros poblamientos en Canarias? ¿Cuál es el estado de la cuestión para la comunidad científica?
R.- La cuestión de los primeros poblamientos de las Canarias forma parte de la obsesión de la ‘búsqueda de los orígenes’, que, en sí misma, no es mala, al contrario, es importante y muy legítima. Además, el debate se ha visto enriquecido – y también es verdad se ha convertido en más complicado – por la posibilidad de manejar datos arqueológicos con cronologías cada vez más seguras (especialmente con radiocarbono, a pesar de sus problemas específicos); datos lingüísticos (las más antiguas inscripciones) y datos paleogenéticos (ancestralidad de los canarios actuales). Estamos en una fase todavía pionera de este estudio del pasado “a tres bandas”. En cualquier caso, hoy es evidente que el primer poblamiento alcanzó a varias islas en momentos del primer milenio a. C (quizás incluso en su primera mitad, 1000 – 500 a.C.), y que esos primeros pobladores procedían de las costas inmediatas del Norte de África. Queda por aclarar si se pueden diferenciar distintas ‘oleadas’, el ritmo de ocupación de las siete islas, y la homogeneidad o heterogeneidad de sus primeras poblaciones.
5.- Usted destaca en su ponencia el valor de la arqueología insular comparada. ¿Puede explicar en qué consiste exactamente?
R.- La arqueología insular comparada es simplemente el estudio de cada caso insular adoptando perspectivas amplias para descubrir patrones y constantes y diferencias en los medios isleños. En otras palabras, el estudio sistemático y comparado de comunidades isleñas, sus culturas y medios físicos naturales.
La emergencia de todo un subcampo especializado, desde hace apenas tres décadas, como es la arqueología insular, está resultando muy activo e interesante. Y a través de conceptos como la movilidad de poblaciones, la conectividad entre áreas y la creación de redes de contacto se está construyendo una suerte de “globalización prehistórica” de los medios insulares. Estudiar y comparar los procesos de primer poblamiento y evolución cultural de otras islas próximas al continente africano nos puede dar pautas para comprender mejor los procesos de ocupación, los factores clave implicados y las evoluciones culturales posteriores. Pero incluso el ‘zoom arqueológico’ podemos agrandarlo y considerar los casos mejor conocidos, como las islas del Mediterráneo, las del Caribe americano y, por qué no, hasta las del Pacífico, aunque aquí hay variables muy especiales y únicas.
6.- En este sentido, ¿cuáles son los patrones comunes que han modelado las distintas geografías insulares?
R.- Las geografías insulares están modeladas por la distancia a tierra continental, el tamaño de la superficie de las islas, los sistemas de navegación disponibles, los tamaños de los grupos de colonos, los efectos del aislamiento y los posibles contactos, las ecologías isleñas y los impactos humanos en los ecosistemas insulares. En la actualidad, el cambio climático, la elevación de los niveles del mar y las erosiones y degradaciones de las líneas de costa están incidiendo de forma creciente en todas las geografías insulares de distinta manera, según las variables locales señaladas.
7.- ¿Cuál es su valoración acerca del tratamiento a nivel institucional del patrimonio arqueológico en Canarias a lo largo del tiempo?
R.- En gran medida paralelo al de resto del país, es decir, con el tiempo ha ido creciendo la conciencia de la fragilidad del registro arqueológico, su carácter singular, único y su carácter limitado no-renovable. Con la transición democrática y el estado de las autonomías, la proliferación de leyes de Patrimonio y normativas de protección hizo crecer la protección del patrimonio arqueológico, al menos sobre el papel, aunque otra cuestión es la carencia de recursos adecuados para documentar, proteger, salvaguardar y hacer disfrutable ese patrimonio a la ciudadanía.
8.- ¿En qué consiste exactamente la arqueología preventiva y cómo se debe aplicar en el tratamiento de la arqueología en Canarias, siendo un territorio con un uso preminentemente turístico?
R.- La arqueología preventiva quiere conocer el estado dinámico del patrimonio arqueológico para así poder proteger ante amenazas de todo tipo, antrópicas, como agricultura, obras de infraestructura y construcciones que afectan al subsuelo, pero también erosiones y alteraciones por factores naturales. Lo ideal es tener una cartografía continuamente actualizada de los sitios y monumentos arqueológicos con niveles diferenciados de amenazas potenciales para así poder anticiparse, en cierto modo, a las eventuales amenazas reales al patrimonio arqueológico. El turismo arqueológico es cada vez más activo y por eso también puede crear problemas de saturación y alteración de los yacimientos arqueológicos. En cualquier caso, un modelo de turismo de “sol y playa” como el de Canarias puede encontrar nichos nuevos en el turismo cultural y específicamente arqueológico. Actuaciones como las realizadas en Cueva Pintada (Gran Canaria) o el atractivo de grandes conjuntos de petroglifos en paisajes muy evocadores, como la Zarza y la Zarzita (La Palma), son ya recursos arqueológicos con gran potencial turístico.
9.- Más de 600 millones de personas viven en islas en el planeta Tierra, lo que supone más o menos el 10% de la población mundial. ¿Qué importancia tiene poner en valor las arqueologías insulares más allá de los propios territorios?
R.- Las arqueologías insulares constituyen un tipo de arqueología novedosa, que permiten estudios comparados de poblamiento y desarrollo cultural desde la Prehistoria y cuentan con el atractivo del análisis de la movilidad de poblaciones, la conectividad entre islas y territorios continentales, introducción y extinción de especies, los desarrollos culturales y sociales según las dimensiones de las islas. Representan uno de los casos más espectaculares de la tremenda capacidad humana de adaptación a todos los ecosistemas de nuestro planeta.
10.- La literatura y el cine han envuelto a la Arqueología en un halo de misterio y romanticismo que muchas veces sustituye el rigor científico por la fantasía y la leyenda. ¿Es esta una disciplina tan apasionante como nos la imaginamos o es una ciencia más complicada y aburrida de lo que aparenta?
R.- Un conocido arqueólogo británico dijo que la arqueología era el mejor divertimento que se le ocurría … con los pantalones puestos. Al margen del machismo que hoy destila tal afirmación, lo cierto es que la arqueología tiene un gran atractivo popular, pero también como práctica profesional. Hoy el pasado arqueológico son los restos, su conservación y, sobre todo, el conocimiento histórico creado. Porque el fin último de la arqueología es producir conocimiento histórico.
La investigación arqueológica se ha profesionalizado fuertemente y ampliado las especialidades; se ha ‘mundializado’, socializado, alcanzando mayor divulgación que nunca, sobre todo en televisión, audiovisuales e Internet, pero también con cursos de las llamadas ‘universidades para los mayores’; y ha surgido la ‘arqueología pública’, implicando a personas y comunidades locales en tareas de investigación y presentación de conjuntos arqueológicos.
Definitivamente sí, la arqueología es apasionante y la podemos hacer apasionante a muchas audiencias de las sociedades contemporáneas. Y si ponemos de nuestro lado a Indiana Jones, mejor, aunque también produzcamos libros tediosos, museos aburridos y sitios arqueológicos poco comprensibles.
11.- Usted escribió un curioso ensayo sobre los cómics de prehistoria ambientados en la península ibérica. ¿Es defensor de diversificar los métodos de divulgación de la arqueología sin perder rigor histórico?
R.- La divulgación arqueológica está creciendo y se está diversificando y es bueno que sea así. La línea roja que no debemos sobrepasar ni dejar que la sobrepasen otros es la del rigor investigador, el sentido crítico del conocimiento histórico que producimos. Si se mantienen rigor y criticismo, bienvenidas sean nueva formas de divulgación.
Los cómics y la arqueología vertida en ellos me interesan desde hace muchos años. Su análisis es un ejercicio intelectual sano y saludable y pueden ser un medio eficaz de llevar la arqueología a muchos públicos. Un autor anglosajón, Swogger, que es arqueólogo y creador de cómics, ha conseguido publicar un trabajo en formato cómic en una prestigiosa revista de arqueología estadounidense, y en YouTube hay producciones extraordinarias que explican la Prehistoria en 6 minutos. La arqueología es reducible a distintos tipos de imágenes, porque la arqueología es muy visual y, por eso, todos los nuevos medios audiovisuales están explorando nuevas fórmulas y medios expresivos para comunicar el pasado material.
Sobre Gonzalo Ruiz Zapatero
Gonzalo Ruiz Zapatero (Soria, 1954) estudió en las Universidades de Navarra y Complutense, donde se licenció y obtuvo el doctorado con una tesis sobre ‘Los Campos de Urnas del NE. de la Península Ibérica’, que mereció premio extraordinario. Enseñó Prehistoria en la Universidad Complutense y fue ‘Visiting Research Fellow’ en el Departamento de Arqueología de la Universidad de Southampton (Inglaterra). Sus áreas de interés son las culturas del Bronce Final y del Hierro de la Península Ibérica -especialmente el NE. y la Meseta- y aspectos de teoría y metodología arqueológica. Tiene cerca de 80 publicaciones sobre estos temas y ha dirigido varias excavaciones en yacimientos del Bronce y del Hierro, destacando el proyecto sobre el famoso poblado Céltico de la Cogotas (Ávila).