RSS

Noticia: El Cabildo restaura la escultura de Plácido Fleitas tras un acto vandálico y la devuelve a su ubicación en el Parque de San Juan, en Telde

8 de abril de 2024

El pasado 4 de agosto, la escultura abstracta de arenisca de Plácido Fleitas (Telde, 1914-Las Palmas de Gran Canaria, 1972), perteneciente a la serie ‘Magia de la Naturaleza’ y ubicada en el teldense Parque Urbano de San Juan por espacio de más de dos décadas, sufrió un terrible acto vandálico que la fracturó en siete trozos. El Cabildo de Gran Canaria determinó el traslado urgente de los restos a los depósitos de la Casa de Colón, museo dependiente de la Consejería insular de Cultura que coordina Guacimara Medina Pérez, y emprendió de inmediato los trámites necesarios para su restauración. Por fin, la obra vuelve a lucir en su ubicación original, junto a las once piezas restantes que componen la serie artística y que se ubican en el mismo entorno paisajístico. Los minuciosos trabajos, ejecutados por la empresa especializada Tibicena, Arqueología y Patrimonio SL, han costado 12.150 euros  y han sido realizados  bajo la dirección de la restauradora de Patrimonio Sara Bosch Mauricio.

La responsable insular de Cultura, Guacimara Medina, acudió en la mañana de este lunes, día 8 de abril, junto al alcalde de de Telde, Juan Antonio Peña, los responsables de Tibicena y el nuevo director de la Casa-Museo León y Castillo, José Alejandro Díaz,  a supervisar la reciente restitución de la valiosa pieza artística en su pedestal original. “Es importante resaltar el trabajo coordinado del Ayuntamiento de Telde y de la Consejería de Cultura del Cabildo de Gran Canaria instituciones que, desde un primer momento nos pusimos en contacto para trabajar en la restauración de la obra, con la exquisita labor realizada por la empresa Tibicena. Nadie diría que fue alterada. Esto nos permite mantener nuestro patrimonio cultural en la calle y que la ciudadanía tenga la oportunidad de conocerlo y de hacer seguimiento de su conservación”.

El primer edil teldense, Juan Antonio Peña, aprovechó la ocasión para trasladar “el agradecimiento de esta ciudad a la Consejería de Cultura del Cabildo de Gran Canaria por su compromiso con esta obra tan importante de Plácido Fleitas que puso en peligro el vandalismo y que, en tan poco tiempo, hemos conseguido que vuelva a este parque urbano de San Juan para el disfrute de diversas generaciones”.

Arte abstracto de factura teldense

La pieza abstracta forma parte del conjunto de doce que integran la serie ‘Magia de la Naturaleza’. Ejecutada entre 1964 y 1970, durante los últimos años de vida de Fleitas, forma parte de una etapa en la que se agudizó el vínculo entre la geología canaria y la obra del escultor teldense, de ahí que optara por trabajar grandes esculturas de arenisca, material muy poroso, lo que ha originado los graves daños sufridos y la especial dificultad del proceso de restauración.

La obra fue abatida desde su pedestal, donde estaba anclada con unas varillas de hierro corrugado y, al golpearse contra el suelo, se fragmentó en siete pedazos sufriendo daños importantes. Tras permanecer unos días en los almacenes de la Casa de Colón, se solicita a Tibicena Arqueología y Patrimonio, entidad especializada en trabajos de restauración patrimonial, la realización de una propuesta de tratamiento para la reparación de la escultura. Una vez aceptada, las piezas se trasladan al taller de restauración de la empresa.

Restauración con criterio

El conjunto de intervenciones que se desarrollaron tuvo como objetivo la consolidación estructural, así como el valor y la unidad estéticos. Las actuaciones se rigieron por las disposiciones legales vigentes y se basaron en las diversas disposiciones internacionales, así como en los objetivos fijados en las Cartas Internacionales de conservación y restauraciones de bienes culturales.

Con estas premisas, se buscó la intervención mínima necesaria para lograr la estabilización; se actuó, según detalla Sara Bosch, la especialista que dirigió los trabajos, “desde el máximo respeto a las estructuras y el material original, y se persiguió la compatibilidad de éstos con los procesos y productos de esta acción”. Bajo estos cuidados, se repararon los daños y se restituyó la unidad estética del conjunto, con técnicas y materiales totalmente reversibles.

Tratamientos realizados

La intervención se llevó a cabo contando con una serie de instrumentos básicos que sirvieron de apoyo para su ejecución posterior. Previo al proceso de reparación, se realizó una minuciosa labor de investigación. La información previa se materializó en la elaboración de una serie de fichas técnicas, que recogieron el estado de conservación fotográficamente y mediante mapas de deterioro, datos que resultaron muy útiles para la distribución de los diferentes tratamientos.

A continuación, se realizó una limpieza mecánica en seco con aspirador y brocha para retirar el polvo superficial, con la ayuda de espátulas y palillos de madera para retirar acumulaciones de suciedad en las zonas más recónditas y, con bisturí y escalpelo para otros depósitos más adheridos, como restos del tartán. Se finalizó con una posterior limpieza puntual, consistente en proyección de microesfera de vidrio sin dañar la pátina original, controlando la presión y el tiempo de actuación sobre el material.

La adhesión y cosido de los fragmentos se realizó mediante el empleo de resina epoxi. La operación consistió en fijar las piezas fracturadas para, posteriormente, coserlas con varilla de fibra de vidrio. Una vez pegado el fragmento, se realiza un taladro en ambas piezas para colocar la espiga de fibra de vidrio enroscado, con un adhesivo a base de resina epoxi termoendurecible. El cosido se realizó una vez que estuvo bien solidificada la resina.

Ingeniería de precisión

La sección de las varillas de sujeción (10- 14 mm) varió en función de la magnitud y posición de los fragmentos. El orificio resultante en el exterior se selló con un mortero de cal hidráulica para evitar que la resina se altere con la radiación ultravioleta. Los cosidos, por su parte, funcionan como reintegradores de las partes fragmentadas, invitando a que las piezas mantengan una misma tensión y conserven un equilibrio que impida la aparición de fracturas.

Al tratarse de una escultura de grandes dimensiones y consecuente y considerable peso, los restauradores se ayudaron de un tecle pluma eléctrico que permitió elevar y manejar cada pieza en las labores de montaje. El fragmento de mayor dimensión, que coincide con la base de la escultura, se puso en pie; se apuntaló con calzos de madera y siempre sujeta por eslingas al tecle. Una vez en vertical, se fueron adhiriendo los fragmentos de la manera anteriormente detallada, al tiempo que se fue apuntalando y sujetando con eslingas a la pared.

En cuanto al sellado de las uniones, el grosor del relleno fue el mínimo necesario, sin que, en ningún caso, el material empleado para esta operación solapase la piedra en la superficie exterior. El sellado de grietas y fisuras se llevó a cabo con la aplicación de jeringuillas y bocas de resina termoplástica. Una vez endurecida la resina, el siguiente paso fue el sellado con mortero de cal con carga de marmolina blanca, un mortero elaborado para la reparación e imitación de piedra. Así, los rellenos quedaron de un tono similar al de la arenisca original.

El objetivo general de esta intervención fue el de favorecer la protección del material pétreo, evitando las vías de penetración del agua, polvo y favorecer el acabado estético. La intención es, a juicio del equipo de restauración, “permitir una buena lectura del monumento a través de la armonización estética. A aquellas reintegraciones volumétricas que presentaban zonas con diferentes cromatismos y texturas se les aplicó un patinado con pinturas de silicato de potasio mediante veladuras y estarcidos”, detalla la memoria final de la actuación.

 

 

Sort