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Noticia: Entrevista a Sheila Melhem

9 de julio de 2020

La creadora Sheila Melhem presenta el día 9 de julio, a las 19:30 horas, en Gran Canaria Espacio Digital, su proyecto ‘Yo, aquí’, en el que se involucró la fotógrafa grancanaria junto a la socióloga Guacimara Gil y un amplio equipo de producción por espacio de un año, fotografiando a personas y enclaves urbanos de los barrios de Las Rehoyas y Escaleritas de la capital grancanaria, así como zonas rurales tan dispares como Acusa, en Artenara, El Carrizal de Tejeda, El Matorral, en San Bartolomé de Tirajana y Balos, en Agüimes. En esta entrevista Melhem se refiere a esta propuesta y a cómo la afrontó desde su dimensión creativa.

 

La vinculación entre lugar e identidad ha sido un tema central para la geografía humanista. ¿Qué te interesó o qué perseguías a la hora de plantear el proyecto ‘Yo, aquí’?

Nuestro propósito al plantearnos este proyecto era buscar lugares cuya proyección pública no estuviera acorde con la imagen que sus habitantes querían transmitir, por estar estereotipada, ser negativa o casi inexistente. Nos interesaba saber cómo esas personas relataban su barrio y también retratarles para dotar a esos espacios de rostros, ofrecer un espacio así de representación para las personas que los habitaban.

 

¿La disparidad de lugares seleccionados y los emblemas identitarios en la construcción simbólica asociada a cada uno de ellos, ha arrojado alguna conclusión o reflexión reseñable? ¿Qué deducción ha extraído Sheila Melhem de esa instrospección sobre el lugar como elemento de reflexión?

Más que una deducción general y común destacaría pequeños descubrimientos que hemos realizado a lo largo del desarrollo del trabajo y que están muy vinculados a la aportación sociológica realizada por Guacimara Gil Sánchez. Por ejemplo, en todos los lugares, cuando hablábamos con los vecinos, salía a la luz algún estereotipo que estaba muy cristalizado, el contenido de estos prejuicios está muy relacionado con el tipo de hábitat. Muy resumidamente podemos decir que en el mundo urbano las personas se defienden del estigma asociado a la pobreza urbanística de sus barrios y en el campo se resisten a ser devaluados.

Fotográficamente hablando he intentado separar al individuo del espacio a través del fondo blanco que, además, al ser físico, tangible, les hacía entrar en la fotografía saliendo, de algún modo, de su barrio, de su entorno, tomando así todo el protagonismo de la imagen. Luego fotografiaba los espacios, el contexto sin el individuo, para poder confrontar los retratos de las personas con los paisajes de los lugares que habitan. 

 

Los lugares, los espacios son asimismo una construcción de primer orden de la cultura, del espíritu de la comunidad. ¿De qué manera esa aparente heterogeneidad que subyace en el espíritu de este proyecto define a la isla de Gran Canaria en su conjunto?

Creo que si algo puede definir a la isla de Gran Canaria en su conjunto es,  precisamente, la heterogeneidad de los lugares que la componen, sin embargo, este proyecto no tiene vocación de ser ejemplo ni representación sino todo lo contrario, busca atender a los detalles y la especificidad de cada uno de los barrios visitados y, es más, las vivencias concretas de las personas entrevistadas y retratadas en ellos.

Así, en el fotolibro las personas aparecen contrapuestas a los espacios que habitan, y estos espacios también dialogan entre sí: los bloques de Las Rehoyas con las montañas de Acusa, las cuevas con las casas prefabricadas de El Matorral… A través de esta contraposición y este diálogo se va narrando una historia sin palabras a lo largo de todo el libro. Estas palabras, en forma de declaraciones de las personas entrevistadas, aparecen en las piezas audiovisuales, donde el contexto adquiere mucha más importancia, lo que se compensa con los retratos de la exposición, donde el contexto desaparece. Así los tres elementos que vertebran el proyecto se interrelacionan y retroalimentan. 

 

¿Cuánto tiempo ha llevado al equipo concluir este proyecto?

Hemos estado más de un año trabajando en el proyecto, entre diseño, documentación, trabajo de campo, análisis, y postproducción.

 

¿Es la primera vez que en tu trayectoria como fotógrafa te interesas por este asunto del espacio-lugar asociado al individuo, o forma una constante de atención en la misma?

Me interesa mucho el tema de la identidad y en algunos proyectos he trabajado con los lugares y los espacios, pero nunca de forma tan explícita y relacionada.

 

¿Cuál será el recorrido ahora de este proyecto y cómo se plasmará físicamente de alguna manera para que el público pueda conocerlo y descubrirlo?

Este proyecto cuenta con una exposición, cinco piezas documentales y un fotolibro que se distribuirá por medio de Gran Canaria Espacio Digital y de la página web del proyecto www.proyectoyoaqui.com 

 

¿Después de concluir este proyecto, en qué nueva propuesta está trabajando Melhem?

Sigo intentando contar historias con imágenes, pero en mis próximos proyectos pretendo trabajar con la ficción, además de con lo documental.

 

Aparentemente, un trabajo como ‘Yo, aquí’ parece a simple vista dejar poco margen para la libertad artística o creativa. Si es así, ¿cómo conciliaste como creadora esa limitada función de registradora con las posibilidades simbólicas que te brindaban las personas y entornos fotografiados?

No he sentido poca libertad creativa a la hora de enfrentarme a estos retratos. No se trata de un inocente trabajo de registro, mi mirada está en cada una de las fotografías, al retratar a alguien una también se retrata, se refleja, en cierta forma. Lo que se plasma en la imagen no es sólo la persona retratada, sino también la relación que establece con la persona que la fotografía. Decía Avedon, que tanto tiene que ver con la idea de este proyecto: “Un retrato no es una semejanza. En el mismo instante en que una emoción o un hecho se convierte en una fotografía deja de ser un hecho para pasar a ser una opinión”.

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