Noticia: Marta Robles: “La novela no tiene que ser realidad, solo ha de ser creíble, verosímil”
16 de mayo de 2022
P.- Periodista y escritora. Justo como Galdós. Usted ha trabajado sobre todo en radio y televisión. ¿Cómo cree que se hubiera desenvuelto don Benito en ambos medios?
R.- Bueno, yo he trabajado sobre todo en prensa escrita. Empecé en prensa en la revista ‘Tiempo’ y nunca he dejado de colaborar en medios escritos desde aquel año 1987, en el que entre en prácticas en esa publicación, que entonces era la revista generalista más prestigiosa de España. En la actualidad sigo escribiendo en ‘La Razón’, ‘La Gaceta de Salamanca’ y en ‘Archiletras’, pero he colaborado en infinidad de diarios y revistas. Lo que sucede es que, aunque nunca haya abandonado la presa escrita, la he compatibilizado con muchísimos programas de televisión, que he dirigido y presentado para diversas cadenas. Y, sobre todo, la tele -también la radio-, eclipsa bastante todo lo demás. Respecto a los medios audiovisuales y Benito Pérez Galdós, creo que se hubiera desenvuelto mejor en la radio que en la tele. Él era un hombre muy tímido y sospecho que la televisión no le habría gustado demasiado. La radio, sí. Estoy convencida de que habría elegido la radio antes que la tele.
P.- ¿Es capaz de hacer una crónica sobre Canarias? En otras palabras, ¿tiene alguna vinculación con las islas?
R.- Mi vinculación con las islas es sobre todo como turista, viajera y admiradora. También he ido a diversos encuentros literarios, el último en la isla de La Palma, el año anterior a que se enfureciera el volcán. Mi crónica sobre Canarias, sin embargo, sería extensa, porque tengo muchos recuerdos asociados a las islas desde mi juventud. Creo que las Canarias son unas islas misteriosas y mágicas, con fuerzas ocultas en su interior, que proveen de energía a los isleños y hechizan a los visitantes en cuanto pisan sus distintos escenarios. Un archipiélago tan sorprendente como para que al saltar de una isla a otra no solo se cambie de paisaje, sino de sensación. Cada isla es un pequeño país, con bellezas únicas y asombrosas. Las dunas de Gran Canaria, los secretos volcánicos que afloran a la superficie de Lanzarote, el viento que azota las playas sorprendentes de Fuerteventura, los bosques de helechos de La Gomera, las piscinas naturales de La Palma… Aun me falta descubrir dos islas: La Graciosa y El Hierro. Y ardo en deseos de que llegue el momento de hacerlo.
P.- Prensa, radio o televisión. ¿Qué medio le ha dado más alegrías en su carrera y cuál le ha hecho sufrir más?
R.- El medio que más notoriedad me ha dado ha sido la televisión y la radio es en el que he sido más feliz; pero necesito la prensa escrita para respirar, al igual que la literatura. No recuerdo un día de mi vida en el que no haya escrito para uno u otro medio, para un libro o para mí misma. En todos he sufrido también, por falta de tiempo o de espacio, por la angustia de la premura, por no tener los medios adecuados, por tratar de llegar al imposible… Soy muy perfeccionista y en los medios hay que trabajar contrarreloj, con lo cual la autoexigencia por encima incluso de las posibilidades puede volverse una completa locura. Pero creo que he gozado más que he sufrido en mi profesión, tanto de escritora como de periodista, en todos los medios. Y eso que yo soy una sufridora nata y me agobio con el zumbido de una mosca a destiempo.
P.- Tras 17 libros publicados, se ha consolidado como una escritora más que prolífica y exitosa. La novela y la no ficción se entremezclan en su producción. ¿Necesita una evasión de la realidad para escribir una historia novelada o la realidad siempre está presente?
R.- La novela no tiene que ser realidad, solo ha de ser creíble, verosímil. Y para ello requiere de una cuidadosa investigación sobre la época, el lugar o el asunto que se trata en ella. Y luego, hasta en una novela de monstruos verdes todos los escritores dejamos algo de nosotros, hablamos de nuestros sentimientos y de las personas que queremos u odiamos, de manera deliberada o sin intención. El propio Benito Pérez Galdós reflejaba sus amores y a sus amantes en muchos de los personajes de sus novelas. Eso sí, cuando se escribe una historia de ficción hay un momento en que el escritor se siente tan atrapado en ella que el mundo ficticio que cuenta es más real para él que el verdadero. Al menos es lo que me pasa a mí. Y yo creo que, si eso no sucede, si la novela no te agarra por las solapas cuando estás escribiéndola y se convierte en tu única obsesión, no merece la pena. En la no ficción el proceso creativo es diferente, pero también exige que el texto que se está construyendo se haga dueño de su creador.
P.- En ‘Pasiones carnales’ (Espasa, 2021) hace una radiografía de la historia de España ‘desde la trastienda’. ¿Puede el sexo cambiar el rumbo de la historia?
R.- He escrito ensayo en varias ocasiones, pero esta es la primera vez que escribo un ensayo histórico, tan ambicioso como para ser novelado y contar con tres partes, una dedicada a la leyenda que no se puede certificar en los siglos más tempranos, otra a la historia con datos rigurosamente certificados y otra a la novela desde la que imaginar cómo pudieron acontecer todos esos datos recopilados sobre esa fascinante aventura que es la historia. Las pasiones carnales no son solo sexo, son también todo lo que rodea al sexo: amor, devoción, lealtad, celos, traición, ambición y hasta asesinato. Ya el historiador Romano Suetonio sabía en el siglo I que investigar las historias personales de los césares proporcionaba una información más veraz que ninguna otra. Las grandes decisiones de la historia no se toman ni en los campos de batalla ni en las audiencias: se toman en las distancias cortas. Empezando porque durante siglos, los matrimonios no eran uniones de amor, sino de negocio; y entre los dirigentes de los países, los monarcas, formas de estrategia política destinadas a anexionar reinos, establecer alianzas…Así que sí, obviamente el amor, la pasión y el sexo no solo pueden cambiar el rumbo de la historia, sino está demostrado que lo han hecho.
P.- ¿Cuál es el nivel de rigurosidad histórica de su relato?
Como he contestado antes hay tres partes en el relato, la historia, la de leyenda y la de ficción. La primera es completamente rigurosa, la segunda se atiene a la rigurosidad de las leyendas que, evidentemente, no es total. En las leyendas la realidad se va adornando, casi siempre a través de la tradición oral, pero siempre quedan rastros de realidad, que es muy interesante tener en cuenta. Y luego la parte novelada en este libro está construida a través de todo el estudio y las lecturas que he necesitado para poder escribir el libro, así que es ficción, pero muy asentada sobre la realidad.
P.- Del papel, al cine. ‘La chica a la que no supiste amar’ (Premio Castellón Narrativa del Mediterráneo 2019), historia sobre la trata de mujeres, se ha convertido en un cortometraje del que es usted directora y en el que cuenta con el apoyo de dos de sus hijos. El lenguaje audiovisual no le es ajeno. Pero, ¿y el mundo del cine? ¿Ha sido complicado dar el salto?
R.- La novela ha conseguido ese premio que mencionas y el Premio Nacional de Literatura Alicante Noir. Y el corto ha recibido seis nominaciones en distintos festivales nacionales y el premio a la mejor dirección en el Festival de Cortometrajes de Jaén contra la violencia de género. Ni el lenguaje audiovisual ni el mundo del cine me son ajenos. De hecho, cuando yo estudié Ciencias de la Información, rama Periodismo, los dos primeros años eran comunes a Imagen y Sonido y a Publicidad. Además, he montado infinidad de noticias y reportajes para informativos, algunos de los cuales los he realizado yo misma. Aun así, plantearme una primera incursión en el cine era un reto, sobre todo porque no quería hacer cine convencional, con la cámara colocada donde siempre, una iluminación habitual y una manera de contar normal. Pretendía hacer una historia al estilo del cine negro británico de Guy Ritchie, donde la música pesara tanto como la imagen, la iluminación determinara los espacios y los recursos invadieran la historia. Y creo que algo así es el corto de ‘La chica a la que no supiste amar’. Me interesaba mucho recoger el primer capítulo en cine para llamar la atención de los jóvenes sobre un asunto de denuncia social tan espeluznante como es la trata de mujeres y su enfermedad y soledad.
P.-Esta historia se interna en un tema social controvertido y difícil: la trata de mujeres en Europa. ¿Cómo ha abordado el proceso de investigación previo a la escritura y posterior filmación?
R.- Bueno, el eje de la trama es la trata de mujeres con fines de explotación sexual, en especial de las mujeres nigerianas que están en el último escalón de la trata y la prostitución, y la enfermedad, el cáncer de mama que les puede costar la vida, no por la enfermedad, sino porque, si se quedan sin pechos, son material inservible para la prostitución. Los pasos de la investigación están descritos al final del libro. Pero sobre todos ellos (hablé con la policía, con proxenetas, consulté libros sobre el tema, documentales y hasta una tesis doctoral sobre el pavoroso viaje que realizan las nigerianas desde su país hasta el nuestro) están los testimonios de cinco víctimas de trata nigerianas. Son testimonios aterradores, que me dejaron tocado el corazón.
P.- Su pasión por la novela negra se ha transformado en una saga literaria, la que tiene como protagonista al detective Tony Roures. ¿Ha sido siempre admiradora del género o ha sido un viaje inesperado?
R.- Admiradora desde la infancia con aquellos ‘Cinco’ y ‘Siete secretos’, de Enyd Blyton y luego con Poe. Desde que descubrí el género policiaco y el negro supe que no podría desengancharme nunca de él, aunque me interesaran todos los demás. Así que, he leído de todo, pero siempre vuelvo al ‘noir’, como lectora, y siempre supe que llegaría el momento en el que me zambulliría en él como escritora. Llegué a través de un relato, ‘Un sabor muy familiar’, en un libro colectivo, titulado ‘Obscena’, en el que participó lo más granado del ‘noir’ español y aunque no vaya a centrarme en exclusiva en género negro, sé que es el mío y que siempre volveré a él.
P.- ¿Su faceta de escritora se ha comido a la periodista?
R.- Yo siempre he sido escritora, mucho antes que periodista. Escribía de niña, me presentaba a concursos literarios que muchas veces ganaba… Mi primera novela la escribí con 16 años (aunque no la publicara). En fin, que siempre supe que quería ser escritora y lo de que fuera periodista se le ocurrió a mi primer novio que siempre decía que era muy buena comunicadora. Es verdad que el periodismo entró en mí desde que empecé a estudiar la carrera y ya siempre, hasta que muera, seré periodista; pero antes, durante y después era soy y seré escritora. Lo que sucede es que, hasta que no he dejado la tele a tiempo completo, la potencia de ese medio ha desvanecido la de escritora. De hecho, tengo que seguir explicando constantemente que yo no empecé a escribir de un día para otro, como tantos de mis colegas.
P.- ¿Le gustaría volver al ruedo del ‘prime time’ en televisión o radio? Si es así, ¿en qué formato?
R.- Definitivamente, no. Me gusta estar en la actualidad e ir ocasionalmente a Espejo Público y de vez en cuando a algún otro programa, pero no me apetecería volver a dirigir y presentar ningún programa. Me lo han ofrecido varias veces y lo he rechazado. Solo lo aceptaría si fuera un formato muy específico, de entrevistas, que es el género que más me gusta en cualquier soporte. Y, aun así, me lo pensaría mucho. Si he de ser sincera, a veces echo de menos la radio, pero no en ‘prime time’, la verdad.
P.- ¿Hay algo nuevo que le gustaría probar profesionalmente, o todos los sueños están cumplidos?
R.- Yo cumplo mis sueños cada día. En cada artículo, en cada intervención en la tele, en cada conferencia, en cada libro… Mi entusiasmo permanece intacto respecto a la profesión y a la vida. Por suerte.
Marta Robles. Periodista y escritora
Marta Robles es licenciada en Ciencias de la Información, rama Periodismo, por la UCM, y lleva treinta años ejerciendo su profesión en todo tipo de medios. Comenzó su carrera profesional en la revista ‘Tiempo’ y, desde entonces, no ha dejado de colaborar en distintas publicaciones como ‘Panorama’, ‘Man’, ‘Woman’, ‘Elle’, ‘Carácter’, ‘Wapa’, ‘XL Semanal’, ‘El Magazine de La Vanguardia’, ‘Grazia’, ‘La Gaceta de Salamanca’ o ‘La Razón’.
En televisión ha trabajado en Canal 10, TVE, Tele 5, Antena 3, Canal 7, Telemadrid, Canal Sur y Dkiss, en todo tipo de formatos informativos y culturales, casi siempre dirigidos y presentados por ella misma. En radio ha dirigido y presentado programas en Radio Intercontinental, Cadena Ser, Onda Cero y EFE Radio, y ha colaborado en Punto Radio y Es Radio.
Ha escrito siete libros de no ficción: ‘El mundo en mis manos’ (1991), ‘La dama del PSOE’ (1992), ‘Los elegidos de la fortuna’ (1999), ‘El catálogo del Parque Oceanográfico de Valencia’ (2003), ‘Madrid me Marta’ (2011), ‘Usted primero’ (2015) y ‘Haz lo que temas’ (2016); y ocho de ficción: ‘Las once caras de María Lisboa’ (2001), ‘Diario de una cuarentona embarazada’ (2008), ‘Don Juan’ (2009), ‘Luisa y los espejos’ (2013) —Premio Fernando Lara de Novela—, ‘Obscena. A menos de cinco centímetros’ (2017) —finalista en el Premio Silverio Cañada de novela negra de Gijón—, ‘HNegra’ (2017), ‘La mala suerte’ (2018) y ‘La chica a la que no supiste amar’ —Premio 2019 de Narrativa Castellón Letras del Mediterráneo— (2020).
Actualmente colabora en ‘La Razón’, ‘La Gaceta de Salamanca’, ‘Objetivo Bienestar’, ‘Amigas y conocidas’ (TVE), ‘Espejo Público’ (Antena 3) y ‘El Cascabel’ (13TV). Además, participa regularmente en mesas redondas, charlas y coloquios e imparte conferencias por toda España.
Entre sus numerosos premios cabe destacar el TP de Oro, dos Antenas de Oro, dos de Plata, el Woman de Oro, el Premio Nacional de Comunicación o el Premio PR a la periodista más querida de Madrid, además del Premio Fernando Lara de novela.