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Noticia: Nueva charla interdisciplinar a propósito de la intervención artística ‘Templo de la Memoria’, de Cristóbal Guerra, en Cueva Pintada

15 de mayo de 2023

Nueva charla a propósito de ‘Templo de la Memoria’, la intervención artística realizada por Cristóbal Guerra para la recreación del poblado indígena del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada de Gáldar. Participan, en esta ocasión, junto al artista visual, Frank González Guerra y Carlos Díaz-Bertrana, historiadores y críticos de arte, siendo el primero también director de la Casa-Museo León y Castillo. La cita es el día 25 de mayo, a las 19:30 horas en la sede museística de Gáldar, gestionada por la Consejería de Cultura del Cabildo de Gran Canaria.

La intervención artística ‘Templo de la Memoria’, que se puede disfrutar hasta el próximo 31 de agosto en Cueva Pintada, propicia el encuentro con personas del mundo de las ciencias y de las artes para aportar su mirada personal a la obra de este artista visual.

Es el propio autor, Cristóbal Guerra, el que explica con sus palabras la motivación de esta cita. “Estos encuentros se plantean con una charla distendida que promueva un acercamiento, una reflexión en voz alta sobre el significado de este proyecto. Profundizaremos sobre las implicaciones de realizar una intervención en un contexto tan especial como es el del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada”, aclara el creador de ‘Templo de la Memoria’.

Cristóbal Guerra, conocido artista visual grancanario, propone con ‘Templo de la Memoria’ una experiencia ‘neuroestética’ a través de la intervención artística de una de las viviendas indígenas recreadas en el yacimiento del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada de Gáldar. Se trata de un innovador proyecto sobre nuestra actividad neuronal y la asociación entre los microorganismos y el mundo vegetal.

Memoria de un lugar, memoria del ser y memoria vegetal’ son las tres líneas de trabajo sobre las que el conocido artista visual grancanario Cristóbal Guerra ha sustentado la intervención artística que propone. El proyecto artístico de Guerra, se ha podido llevar a cabo a partir del panelado del interior de una de las construcciones que recrea el yacimiento. El resultado es un mural continuo de 60 metros cuadrados, realizado con pintura acrílica. La intervención permanecerá en el interior de la vivienda indígena y formará parte del recorrido de visita habitual del Museo y Parque Arqueológico hasta el próximo 31 de agosto.

La intervención ‘Templo de la Memoria’ se ha desarrollado en el interior de una de las réplicas de vivienda prehispánica próximas a la Cueva Pintada. “Hemos recubierto todas sus paredes con bastidores y lonas como soporte, intensificando el diseño de la planta cruciforme de las viviendas aborigen”, explica Cristóbal Guerra, impulsor de la iniciativa.

Experiencia inmersiva

“Pretende ser una propuesta inmersiva, donde las redes neuronales y las conexiones entre raíces y microbiología del suelo nos hacen recrear ese mundo invisible a nuestros ojos”, desarrolla el artista. El proyecto está pensado para estimular los sentidos. Además de las formas y colores plasmados, la experiencia cuenta con la ayuda de difusores de aromas y con la importantísima colaboración del sonido a modo de banda sonora, a cargo del compositor Juanda Mendoza, que ha sabido poner sonido a esos sutiles pero constantes procesos vitales. “Una preciosa composición que logra hacernos sentir el flujo de la vida”, añade Guerra.

El objetivo es partir de la costumbre de pintar el interior de muchas de las viviendas prehispánicas existentes en el yacimiento y, por supuesto, la propia Cueva Pintada, para representar artísticamente el universo natural en el que se desarrollaba la vida de las primeras poblaciones de Gáldar.

Así, reúne, en una única superficie, la memoria de las ciudades superpuestas, los paisajes neuronales de su trayectoria vital, y el legado de hongos y bacterias que nos sostienen sobre la tierra, convirtiendo el interior de esta vivienda en una ‘duramadre’ sobre la que Guerra vuelca su reflexión acerca de la pintura.

“Sabemos que la energía que desprende el friso policromado de la cueva se asemeja para muchos de nosotros a un ‘cerebro’ de toba volcánica donde se guarda la memoria colectiva de los habitantes de este antiguo poblado. Hemos querido representar esa magia neuronal y vegetal”, explica el artista y viticultor galdense.

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